El Obispo de Albany (Estados Unidos), Mons. Edward Scharfenberger, propuso este lunes que se forme una comisión de laicos católicos para que investigue las denuncias de abuso sexual o mala conducta que se realicen contra los obispos de la Iglesia.
"Lo que se necesita ahora es una comisión independiente dirigida por respetados y fieles líderes laicos, irreprochables, personas cuyo papel en dicho panel no les servirá para beneficiarlos ni económica, ni políticamente", escribió el obispo en un comunicado publicado el 6 de agosto.
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"Creo que hemos llegado a un punto donde los obispos que investigan por sí solos a otros obispos no son la respuesta. Para tener credibilidad, un panel debería estar separado de cualquier fuente de poder cuya confiabilidad podría verse comprometida", agregó.
Esta declaración es el segundo comentario público de Mons. Scharfenberger sobre el escándalo de la Iglesia en Estados Unidos, que comenzó cuando la Arquidiócesis de Nueva York anunció el 20 de junio que la acusación contra el Cardenal Theodore McCarrick de presunto abuso sexual era "creíble y sostenible" luego de realizarse una investigación.
Desde ese momento, los informes de los medios de comunicación han detallado alegatos adicionales, acusando a McCarrick de abusar sexualmente, agredir o coaccionar a seminaristas y sacerdotes jóvenes durante su tiempo como obispo. La renuncia de McCarrick del colegio de cardenales finalmente fue aceptada por el Papa Francisco el pasado 28 de julio.
"Permítanme ser claro al expresar mi firme convicción de que esto es, en el fondo, mucho más que una crisis de políticas y procedimientos. Podemos, y estoy seguro de que lo haremos, fortalecer las normas, los reglamentos y las sanciones contra cualquiera que intente volar por debajo del radar o 'salirse con la suya' con comportamientos tan malvados y destructivos. Pero, en el fondo, esto es mucho más que un desafío de la aplicación de la ley; es una crisis profundamente espiritual", escribió Mons. Scharfenberger en una carta del 29 de julio a los sacerdotes y diáconos de su diócesis.
En su declaración del 6 de agosto, el obispo sostuvo que es el momento "de invocar los talentos y los carismas de nuestros fieles laicos, en virtud de su sacerdocio bautismal".
"Nuestros laicos no solo están dispuestos a asumir este papel tan necesario, sino que están ansiosos por ayudarnos a hacer reformas duraderas que restablecerán un nivel de confianza que se ha roto una vez más. Al hablar con ellos, todos escuchamos su pasión por nuestra Iglesia universal, su devoción al Evangelio de Jesucristo y su hambre de la verdad. Son esenciales para la solución que buscamos", afirmó.
También dijo que los obispos quieren "enfrentar este desafío", que podría ser su "última oportunidad teniendo en cuenta todo lo sucedido".
"Debemos hacer esto bien. Estoy seguro de que podemos encontrar una forma de mirar fuera de nosotros mismos, poner esto en las manos del Espíritu Santo y confiar a nuestros laicos muy capaces, que nos han acompañado en tiempos difíciles, para que nos ayuden a hacer lo correcto. Necesitamos una investigación, cuyo alcance aún no está definido pero debe definirse, y debe ser oportuna, transparente y creíble", concluyó Mons. Scharfenberger.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.