Tres hermanas, que deseaban contraer matrimonio, relataron que para cumplir con su sueño pidieron la intercesión de la Virgen María y de otros dos santos; y que Dios las sorprendió presentándoles buenos hombres y casándose con tres meses de diferencia.
Kelly, Rachel y Juliette Fogarty nacieron en una familia numerosa. Cuando crecieron, las tres y su hermana Brigette se mudaron a un departamento que sus padres, Dan y Kathleen, habían comprado en la ciudad de Fort Wayne, en el estado de Indiana.
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Tras la boda de Brigette, las tres continuaron viviendo juntas.
Rachel contó al National Catholic Register que ellas tenían el hábito de rezar el Rosario por sus futuros esposos y que pedían la intercesión de San Antonio de Padua y de Santa Ana.
"Eran buenos tiempos. Todas queríamos encontrar un esposo y hubiera sido difícil si alguna lo encontraba antes que las demás, pero sabíamos que seguiríamos orando la una por la otra sin importar nada", afirmó.
Las oraciones que realizaban las hermanas no quedaron sin respuesta ya que en el 2016 las tres se comprometieron en un intervalo de cinco semanas.
La primera fue Rachel, cuyo futuro esposo, Brent Bennett, era amigo de dos de sus hermanos y las familias de ambos se habían conocido hacía años en la parroquia a la que asistían.
Cuando tenía 27 años, Rachel empezó a frecuentar el mismo círculo de amigos de Brent. Tuvieron una relación de dos años y se comprometieron el 2 de octubre de 2016.
Seis días después, Kelly se comprometió con Chris Whelan. Ambos se conocieron a través de CatholicMatch.com, el sitio web para solteros católicos en Estados Unidos.
Tras intercambiar mensajes por Internet decidieron encontrarse en Ohio, un punto medio entre ambos ya que él vivía en el estado de Kentucky y ella en Indiana. En la primera cita confirmaron que había una atracción real y cuando volvieron a reunirse dos semanas después, Kelly tuvo la certeza de que Chris era su futuro esposo.
Juliette, la última de las tres hermanas, se comprometió el 11 de noviembre de ese mismo año.
Conoció a Michael Jackson –un contador que vivía en Washington, D.C. – a través de su prima Elizabeth y su esposo, quienes eran amigos suyos desde la época en que estudiaban en la Universidad de Notre Dame.
Sin que ambos lo supieran, sus amigos habían preparado un encuentro y los invitaron a visitarlos al estado de Virginia. Dos meses después, Elizabeth y su esposo se mudaron a Fort Wayne y Michael los volvió a visitar y así inició su relación con Juliette.
"Él había sido 'precalificado' por mi primera Elizabeth. Me di cuenta que era amable, atento y que tenía un divertido espíritu aventurero", dijo Juliette al National Catholic Register.
Los primeros en casarse fueron Rachel y Brent el 20 de mayo de 2017 en la Catedral de la Inmaculada Concepción en Fort Wayne.
Kelly y Chris fueron los siguientes y debido a que son profesores, fijaron la fecha para la boda el 10 junio, cuando las clases ya habían terminado, en la misma catedral.
El 1 de julio contrajeron matrimonio Juliette y Michael en la Basílica del Sagrado Corazón de la Universidad de Notre Dame.
"Fue muy divertido compartir la misma alegría y los preparativos. Nos llamábamos y enviábamos mensajes para comparar los planes de las bodas", recordó Juliette.
Por su parte, la madre de las tres hermanas, Kathleen, comentó que "estaba desbordada con el aspecto sacramental de cada una de las bodas. Las chicas se estaban preparando con fe y mucho amor, salpicadas de la alegría de saber que cada una de ellas está participando en el plan de Dios para su futuro".
También dijo que le conmovió ver a las amigas de las novias y a sus otros cincos hijos trabajando juntos en los preparativos de la boda.
"Es algo que llena completamente el corazón de una madre con amor y hay un sentido de orgullo en un trabajo bien hecho", manifestó.
Actualmente, Rachel y Brent residen en una casa en Fort Wayne. Él trabaja en un hospital y ella en una compañía de seguros. "Me gusta la rutina diaria de servirnos el uno al otro. Mi abuelo decía que el matrimonio no es 50/50 sino 100/100", afirmó.
Kelly y Chris residen en la ciudad de Ashland, en el estado de Kentucky, y su primera hija Anna Therese nació en abril de este año.
"El matrimonio es mejor de lo que esperaba. Es divertido compartir esas cosas del día a día con alguien que amas y que quiere llegar al cielo contigo", afirmó Kelly.
Por su parte, Juliette y Michael han comprado una casa en la ciudad de Springfield, en el estado de Virginia y han viajado a países como Australia, Italia y Corea del Sur.
"Es muy divertido estar con mi mejor amigo. Espero que uno de los frutos de nuestra historia sea inspirar a la gente que quiere casarse a ser paciente, a mantenerse fuerte y a rezar por su futuro esposo o esposa", comentó Juliette.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en el National Catholic Register.