El representante del Vaticano ante las Naciones Unidas expresó su esperanza en que un nuevo acuerdo sobre buenas prácticas para la migración internacional garantice el respeto por la dignidad humana de todos los migrantes.
Mons. Bernardito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, habló el 13 de julio, en la sesión final de las negociaciones intergubernamentales sobre migración, parte conclusiva de un proceso de casi dos años.
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"Este primer marco integral sobre migración servirá como punto de referencia internacional para buenas prácticas y cooperación internacional en el manejo global de la migración, no solo para gobiernos, sino también para las entidades no gubernamentales entre las que se encuentran organizaciones religiosas, que son verdaderamente las manos y pies en la tierra para asistir a los migrantes en dificultad", dijo Mons. Auza.
El acuerdo –el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular– detalla 23 objetivos internacionales, incluyendo la erradicación del tráfico de personas y el "uso de detención migratoria solo como un último recurso".
Desde el año 2000, más de 60 mil personas han muerto en sus intentos de migrar, de acuerdo a un estudio realizado por la la Organización Internacional de Migración.
El representante del Vaticano dijo a Naciones Unidas que "el Papa Francisco encapsula estas responsabilidades y solidaridad compartidas en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar".
"Este Pacto Global hará más difícil para cualquiera –estados, sociedad civil o cualquiera de nosotros– no estar al tanto de los desafíos que las personas migrantes enfrentan y que no cumplamos nuestras responsabilidades comunes hacia ellos, en particular hacia aquellos más necesitados de nuestra solidaridad".
Mons. Auza citó la homilía del Papa Francisco para los migrantes, del 6 de julio de este año: "Frente a los desafíos migratorios de hoy, la única respuesta sensata es la de la solidaridad y la misericordia. (…) Una política justa es la que se pone al servicio de la persona, de todas las personas afectadas; que prevé soluciones adecuadas para garantizar la seguridad, el respeto de los derechos y de la dignidad de todos; que sabe mirar al bien del propio país teniendo en cuenta el de los demás países, en un mundo cada vez más interconectado".
El representante del Vaticano ante las Naciones Unidas añadió que la Iglesia Católica "continuará comprometiéndose completamente para beneficio de los migrantes, siempre respetando sus derechos y su dignidad humana".
El pacto global sobre migración será adoptado formalmente en un encuentro de Naciones Unidas en Marrakech, Marruecos, el 10 y 11 de diciembre de este año.
El gobierno de Estados Unidos abandonó las negociaciones en diciembre de 2017.
"La Santa Sede alimenta la esperanza de que el Pacto Global no será solo un asunto de buen manejo migratorio, sino verdaderamente sea, como su propósito final, un paso significativo al servicio de la persona, no solo de cada migrante, sino de toda la humanidad", concluyó.
Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en CNA.