Luego de los últimos actos sacrílegos cometidos contra Dios y la violencia en el país, los obispos de Nicaragua convocaron a todos los fieles y a los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse el 20 de julio en una jornada de ayuno en la que se rezará la oración de exorcismo a San Miguel Arcángel.
El anuncio fue hecho ayer 14 de julio luego que policías y paramilitares acribillaran la parroquia Divina Misericordia en Managua, donde murió asesinado un estudiante y otros cien necesitaron de la intervención de los obispos para poder salir salvos.
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La jornada de ayuno del 20 de julio será en "desagravio por las profanaciones realizadas estos últimos meses contra Dios. Durante este día se rezará la oración de exorcismo a San Miguel Arcángel", informaron en su comunicado.
"San Pablo nos recuerda que 'nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas'. Por tanto, urgimos a los fieles católicos y a los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse a nosotros", invitaron los obispos.
El comunicado indicó que ese día servirá para reflexionar sobre la grave situación del país y para comprometerse a defender la vida, la verdad y la justicia. El llamado de los obispos es para toda la población, en especial a los policías, militares, empleados públicos, y a quienes su conciencia les llama a no seguir apoyando todas estas situaciones desde el Gobierno o el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional.
"Les recordamos que a nivel de conciencia nadie está obligado a cumplir una orden que vaya en contra de los diez mandamientos de la ley de Dios, particularmente 'no matarás'", señalaron.
Además de la jornada de ayuno, los obispos también convocaron a un mes de intercesión que comienza este 15 de julio y culminará el 15 de agosto.
Este consiste en días de Adoración al Santísimo todos los jueves, ayuno los viernes, consagración al Inmaculado Corazón de María los sábados; y renovación de las promesas bautismales los domingos.
Los obispos explicaron que "estos momentos de reparación e intercesión son un llamado a la conversión para todos, un tiempo de reconciliación con Dios, con nosotros mismos y con nuestros semejantes". Por ello pidieron acercarse al sacramento de la Reconciliación.
Los prelados recordaron que la paz es un bien preciado pero precario que debemos cuidar. "Esta no se reduce a la ausencia de guerras, sino a la generación de una 'cultura de paz'", señalaron.