La reciente boda civil entre Lize Weerdenburg y Rubén Herschberg, dos medallistas olímpicos holandeses con síndrome de Down, ha conmovido las redes sociales y generado que algunos se pregunten: ¿Las personas con esta discapacidad se pueden casar por la Iglesia Católica?
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Sobre este tema, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) ofreció una serie de criterios en su Guía para la Celebración de los Sacramentos con Personas con Discapacidad.
En el texto señalaron que "la Iglesia reconoce que cada comunidad parroquial incluye miembros con discapacidades y desea fervientemente su participación activa".
En ese sentido, "todos los miembros del Cuerpo de Cristo son singularmente llamados por Dios en virtud de su Bautismo" y por eso "los católicos con discapacidades tienen derecho a participar en los sacramentos plenamente así como lo hacen los otros miembros de la comunidad eclesial".
"Los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los buscan en el momento apropiado, están debidamente dispuestos y no están prohibidos por la ley de recibirlos", prosigue el documento.
Respecto al matrimonio, la guía indica que "las parejas con discapacidades intelectuales o de desarrollo que creen estar llamadas a la vocación de la vida conyugal son alentadas a buscar consejo discutiendo el sacramento del matrimonio con sus familias y pastores".
"Para que el consentimiento matrimonial sea válido, es necesario que las partes contrayentes posean un uso suficiente de la razón, que estén libres de cualquier grave falta de discreción que afecte su juicio sobre los derechos y deberes a los que se comprometen y que tengan la capacidad mental para asumir las obligaciones esenciales del estado matrimonial", destacaron.
Además, ambos deben comprender que el matrimonio es para toda la vida y que "se ordena para el bien de los cónyuges y la procreación y educación de los niños".
El texto de la USCCB destaca que los párrocos y sacerdotes "deben decidir los casos de manera individual y a la luz del juicio pastoral basado en la consulta con el personal diocesano involucrado en asuntos de discapacidad y expertos canónicos, médicos y de otro tipo".
"Una discapacidad física, en sí misma, no constituye necesariamente un impedimento para el matrimonio. Se deben buscar opiniones médicas y canónicas para determinar la presencia de impedimentos al matrimonio", afirmaron.
Asimismo, la atención pastoral para los matrimonios entre discapacitados "se extienden a lo largo de sus vidas".
En países europeos como España, donde el aborto es legal, el 90% de los padres que descubren que su bebé nacerá con síndrome de Down deciden abortarlo.
Asimismo, Islandia es una de las naciones que tiene un bajo índice de nacimiento de bebés con síndrome de Down. Desde 1995 hasta la actualidad, solo han nacido 108 personas con la alteración genética de la trisomía 21.