El Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Bernardito Auza, participó en Nueva York en un debate sobre la protección de los menores en los conflictos armados y habló de la urgente necesidad de ofrecerles una educación que prevenga futuros enfrentamientos bélicos.
Mons. Auza dijo que se trata de una cuestión fundamental para la Iglesia y señaló que "es desgarrador que los niños sean mutilados y asesinados, usados como escudos humanos y como bombas humanas".
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"Renunciar a ellos significa abandonar sus comunidades y sus países. No podemos perder esta generación de niños que actualmente se encuentra en un alto riesgo", explicó.
El representante vaticano llamó a no "ahorrar esfuerzos" para acabar con esta situación, para lo que también se necesita "dar una prioridad eficaz a la reinserción de los niños precedentemente enrolados en las fuerzas armadas o en los grupos armados".
Existe también la necesidad de "garantizar el derecho a la educación de los niños víctimas de conflictos armados". "Una educación sólida es el mejor modo para asegurar que las víctimas de los conflictos prevengan los conflictos del futuro", afirmó.
El Observador Permanente de la Santa Sede pidió "hacer todo lo posible para dar un futuro a los niños que han caído víctimas de conflictos armados y han sobrevivido, ayudándolos a realizar sus aspiraciones más profundas".