El Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes, pidió al presidente de Nicaragua que "en nombre de Dios" detenga la violencia, tras los ataques perpetrados hoy contra dos ciudades de la región del Pacífico del país este domingo.
"Quisiera desde esta sede arzobispal Catedral de Managua hacer un llamado al Señor Presidente Daniel, a Doña Rosario, al Comisionado General Francisco Díaz que por favor en nombre de Dios y en nombre de este pueblo católico presente aquí en la catedral detengan esa acción que lleva más dolor y más tristeza", dijo el Cardenal en la homilía de la Misa que presidió este domingo 8 de julio.
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"Quieran o no esta situación carga sobre sus hombros. Familias y toda Nicaragua triste", resaltó el purpurado según informa la Arquidiócesis de Managua.
El Cardenal Brenes dijo además que "muchas veces nos puede pasar a nosotros desde la predicación que hoy en el nombre del Señor se sigue haciendo. Nos quedamos en la parte humana sin descubrir la grandeza de la divinidad, que nos invita a proteger la vida, a defender la vida con acciones, no de palabras".
Las palabras del Arzobispo de Managua se dan cuando dos ciudades del Pacífico de Nicaragua amanecieron este domingo bajo fuertes ataques de las "fuerzas combinadas" del gobierno que ingresaron con armas de guerra para desbaratar las manifestaciones contra Ortega.
Según informa la agencia Efe, cientos de hombres entre policías, antimotines, paramilitares y grupos de choque oficialistas, invadieron las ciudades de Diriamba y Jinotepe, transportados en camionetas Toyota Hilux, junto con maquinaria pesada con capacidad para derribar paredes, denunciaron los manifestantes "autoconvocados".
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desaprobó el ataque, ocurrido tan solo horas después de que uno similar en Matagalpa, en el norte de Nicaragua, que dejó un muerto.
El ataque ocurre un día después de que Ortega afirmó que continuará "luchando por la paz, para que desaparezcan de toda Nicaragua esos lugares" donde hay manifestaciones en su contra.
De otro lado, Mons. José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, expresó su solidaridad a "todo el pueblo nicaragüense y a sus pastores, miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, ante la situación de violencia que se ha generado en el país a causa de las protestas cívicas por los males que sufre el pueblo".
"Que el diálogo y la concertación sean el camino que los conduzca a la paz y el bienestar integral", expresó.
La violencia originada por las fuerzas afines al gobierno de Nicaragua ha dejado ya más de 300 muertos.
El domingo 1 de julio y luego de haberse reunido recientemente con los obispos del país en el Vaticano, el Papa Francisco elevó sus oraciones por el "amado pueblo de Nicaragua".
Al concluir el rezo del ángelus dominical, el Santo Padre se unió "a los esfuerzos que están realizando los obispos del país y tantas personas de buena voluntad, en su papel de mediación y de testimonio para el proceso de diálogo nacional en curso hacia el camino de la democracia".