La parroquia Santa Catalina de Siena, al norte de Quito en Ecuador, atiende todos los meses a migrantes y refugiados, especialmente a los cientos de venezolanos que llegan a la capital del país cada día.
Según recoge la Arquidiócesis de Quito, la parroquia, con la ayuda de la Pastoral Social Cáritas, realiza una vez al mes una cena para los inmigrantes.
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El P. Eduardo Cueva, párroco de Santa Catalina de Siena, destacó que con estos gestos la Iglesia muestra que "el amor de Dios es para todos".
La actividad de la noche comienza con la oración. A continuación se medita la palabra de Dios para luego tener la cena.
Al concluir el encuentro se le entregan víveres y productos de primera necesidad a los migrantes y refugiados.
Estas actividades, dijo el sacerdote ecuatoriano, responden a los cuatro verbos propuestos por el Papa Francisco: acoger, proteger, promover e integrar.
Además, destacó que la misión de Cáritas no es solo la ayuda básica y material, sino el acompañamiento espiritual.