"El mandato misionero no conoce fronteras ni culturas, pues todo el mundo es tierra de misión". Estas fueron las palabras del Papa Francisco a los participantes del 18º Capítulo General de la Sociedad del Verbo Divino que se celebra estos días en el Centro Ad Gentes de la localidad italiana de Nemi.
"Es el amor de Cristo que nos empuja a la renovación personal y comunitaria para fortalecer el compromiso de salir y anunciar el Evangelio. Para esto será necesario volver a mirar las raíces, ver dónde están arraigados, cuál es la savia que da vida a sus comunidades y a las obras que realizan, en cada rincón del mundo donde están presentes. Desde esta mirada a los orígenes, quisiera reflexionar en torno a tres palabras: confianza, anuncio y hermanos", explicó.
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El Papa preguntó: "¿Hasta dónde llega nuestra confianza en Dios, en su amor providente y misericordioso? ¿Estamos dispuestos a arriesgar, a ser valientes y decididos en nuestra misión?":
Por otro lado, les aconsejó que "si están anclados en la Palabra de Dios, enraizados en ella, si la asumen como fundamento de sus vidas y dejan que esta arda en sus corazones, los irá transformando y hará de cada uno de ustedes un verdadero misionero". "Vivan y déjense santificar por la Palabra de Dios, y vivirán para ella", invitó.
Francisco recordó que "no estamos solos, somos Iglesia, somos un Pueblo" e hizo hincapié en prestar atención de aquellos "excluidos por la sociedad, abandonados a su suerte, pisoteados por intereses egoístas... Ellos también son nuestros hermanos que necesitan nuestra ayuda y experimentar la presencia de Dios que sale a su encuentro".