El Arzobispo de Nueva York, Cardenal Timothy Dolan, exhortó a no rendirse ante la cultura del aborto, como respuesta a un sacerdote que sugirió al movimiento provida abandonar sus esfuerzos para revertir la legalización del aborto y solo enfocarse en reducir el número de estas prácticas.
"Como Presidente del Comité Provida de los Obispos de Estados Unidos quiero indicar mis serias reservas sobre la estrategia de Reese, considerando que significa rendirse a la cultura del aborto y un grave debilitamiento del poderoso testimonio provida", dijo el arzobispo en un artículo de opinión del 8 de junio, publicado por Religion News Service (RNS).
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"La tradición católica y los derechos humanos básicos nos enseñan que todo ser humano tiene un derecho inalienable a la vida que debe ser reconocido y protegido por la ley. Si bien la ley no es el único medio de proteger la vida, juega un papel clave y decisivo para afectar el comportamiento y el pensamiento humano. ¡No podemos rendirnos!", continuó Dolan.
RNS publicó el 27 de mayo un artículo de opinión del sacerdote jesuita P. Thomas Reese, en el que escribió que la reciente votación que abrió la puerta del aborto en Irlanda fue una señal de que el movimiento provida "necesita una nueva estrategia".
Al notar que la mayoría de las leyes proaborto resultaron victoriosas en las urnas, el P. Reese cree que el movimiento provida debería dejar de luchar contra el "objetivo imposible" de hacer ilegal esta práctica y, en cambio, redirigir sus esfuerzos a "reducir el número de abortos".
También dijo que "si el aborto nunca va a ser ilegal, los partidarios de la vida deben considerar votar por los candidatos, incluso por los demócratas pro-choice (proaborto), que reducirán el número de abortos apoyando programas que ayuden a las madres y sus hijos".
El Cardenal Dolan señaló que apoya la sugerencia de ofrecer la ayuda necesaria a las madres embarazadas, pero advirtió que la sugerencia del sacerdote jesuita de abandonar los esfuerzos para proteger legalmente a los niños por nacer y solo reducir el número de abortos "es una dicotomía innecesaria".
Si bien el P. Reese señaló algunas encuestas que indican una disminución del apoyo para restringir las leyes de aborto, el Cardenal Dolan destacó otras investigaciones que muestran el aumento de estadounidenses que desean más límites al aborto, y agregó que las encuestas no deberían dictar qué temas luchar.
"Reese estaría correctamente decepcionado, al igual que yo, si los reformadores pro-inmigración se dieran por vencidos porque las encuestas los desalientan", interpeló el Purpurado.
El sacerdote jesuita también dijo que el movimiento provida debe "apoyar la anticoncepción como un medio para evitar embarazos no deseados", porque "los embarazos planificados no terminan en abortos".
"Aquellos que consideran que la anticoncepción artificial es incorrecta también deben reconocer que el aborto es un mal mayor. Cuando se ven obligados a optar, uno debe elegir el menor de los dos males", pidió el P. Reese.
Esta es "una de las afirmaciones más preocupantes de Reese", advirtió el Cardenal Dolan.
"Además de rechazar las enseñanzas de la Iglesia de que la anticoncepción en sí misma es moralmente defectuosa, y el hecho de que puede ser médicamente dañina para las mujeres, su razonamiento es cuestionable", señaló Dolan.
El Arzobispo de Nueva York indicó que la anticoncepción no puede ser elegida como una forma de evitar el aborto porque "más de la mitad de las mujeres que buscaban abortar usaban anticonceptivos durante el mes que quedaron embarazadas, y los estudios han demostrado que una vez que la anticoncepción está más ampliamente disponible, las tasas de aborto en realidad pueden aumentar".
El P. Reese dijo también que cerrar las clínicas de aborto –como las de Planned Parenthood– antes de que sus sustitutos estén en funcionamiento, "es irresponsable y contraproducente".
"Trabajando juntos, podríamos razonablemente obtener abortos por debajo de 100.000 por año (en los Estados Unidos), aún demasiados, pero un objetivo alcanzable y mejor que donde estamos hoy", concluyó el P. Reese.
El Cardenal Dolan advirtió que la estrategia del sacerdote le recuerda a las que a mediados del siglo XIX propusieron "el mejoramiento como una forma de reducir la esclavitud en nuestro país".
"Argumentaron que, claro, la esclavitud era horrible, pero, realmente, estaba aquí para quedarse. Entonces, debemos reconocer que está constitucionalmente protegido y simplemente trabajar para disminuir el número de esclavos", recordó.
"Gracias a Dios, aquellos que creían que la esclavitud era un horror moral, un cáncer en nuestro país y contrario a los valores más elevados de una república legítima, nunca habrían aceptado esta rendición", afirmó.
En ese sentido, señaló que si bien el fin del aborto puede parecer un "objetivo imposible", a través de Dios, todo es posible.
"El aborto es una grave injusticia. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para proteger legalmente a los bebés y satisfacer las necesidades de las madres", añadió el cardenal de Nueva York.
"Que nunca cedamos ante la cultura de la muerte o perdamos la fe en nuestros esfuerzos por construir una cultura de vida en nuestro mundo", concluyó.