El Papa Francisco pidió que en los gestos de cercanía y de solidaridad hacia los pobres se deje de lado el protagonismo de uno mismo: "Los verdaderos protagonistas son el Señor y los pobres", recordó.
En un mensaje hecho público este jueves 14 de junio para la II Jornada Mundial de los Pobres, que se celebrará el próximo 18 de noviembre, el Santo Padre señaló que "no es protagonismo lo que necesitan los pobres, sino ese amor que sabe esconderse y olvidar el bien realizado".
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En este sentido, insistió que aquel que se pone al servicio de los pobres "es instrumento en las manos de Dios para hacer reconocer su presencia y su salvación".
Por lo tanto, "frente a los pobres, no es cuestión de jugar a ver quién tiene el primado de la intervención, sino que podemos reconocer humildemente que es el Espíritu quien suscita gestos que son un signo de la respuesta y cercanía de Dios".
Explicó que "la Jornada Mundial de los Pobres pretende ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío".
"Probablemente es como una gota de agua en el desierto de la pobreza; y sin embargo puede ser un signo de compartir para cuantos pasan necesidad, que hace sentir la presencia activa de un hermano o una hermana. Los pobres no necesitan un acto de delegación, sino del compromiso personal de aquellos que escuchan su clamor".
Además, exhortó a repetir la experiencia de la primera Jornada Mundial de los Pobres, en la que "muchos encontraron el calor de una casa, la alegría de una comida festiva y la solidaridad de cuantos quisieron compartir la mesa de manera simple y fraterna. Quisiera que también este año y en el futuro esta Jornada fuera celebrada bajo el signo de la alegría por redescubrir el valor de estar juntos. Orar juntos y compartir la comida el domingo".
Gritar, responder, liberar
A partir del salmo 34, "Este pobre gritó y el Señor lo escuchó", que da título al mensaje del Pontífice, Francisco indicó que se puede "comprender quiénes son los verdaderos pobres a los que estamos llamados a volver nuestra mirada para escuchar su grito y reconocer sus necesidades".
El Papa reflexionó sobre tres verbos presentes en el salmo que caracteriza "la actitud del pobre y su relación con Dios".
En primer lugar, "gritar". Francisco señaló que "la condición de pobreza no se agota en una palabra, sino que se transforma en un grito que atraviesa los cielos y llega hasta Dios".
El segundo verbo es "responder". "El Señor, dice el salmista, no sólo escucha el grito del pobre, sino que responde. Su respuesta, como se testimonia en toda la historia de la salvación, es una participación llena de amor en la condición del pobre".
"La respuesta de Dios al pobre es siempre una intervención de salvación para curar las heridas del alma y del cuerpo, para restituir justicia y para ayudar a retomar la vida con dignidad".
El tercer verbo es "liberar". Indicó el Papa en el mensaje que "la pobreza no es buscada, sino creada por el egoísmo, el orgullo, la avaricia y la injusticia".
"La acción con la cual el Señor libera es un acto salvación para quienes le han manifestado su propia tristeza y angustia. Las cadenas de la pobreza se rompen gracias a la potencia de la intervención de Dios".
Subrayó que "los pobres son los primeros capacitados para reconocer la presencia de Dios y dar testimonio de su proximidad en sus vidas".
Sin embargo, "para superar la opresiva condición de pobreza es necesario que ellos perciban la presencia de los hermanos y hermanas que se preocupan por ellos y que, abriendo la puerta del corazón y de la vida, los hacen sentir amigos y familiares".
Por último, el Papa Francisco invitó "a los hermanos obispos, a los sacerdotes y en particular a los diáconos, a quienes se les impuso las manos para el servicio de los pobres, junto con las personas consagradas y con tantos laicos y laicas que en las parroquias, en las asociaciones y en los movimientos hacen tangible la respuesta de la Iglesia al grito de los pobres, a que vivan esta Jornada Mundial como un momento privilegiado de nueva evangelización".