La Audiencia General de este miércoles, en la que el Papa Francisco comenzó un nuevo ciclo de catequesis sobre los Mandamientos, fue el escenario de un encuentro muy especial entre el Pontífice y un hombre que pasó 20 años en prisión acusado de un delito que nunca cometió.
Durante el tiempo destinado a saludar a algunas personas, una vez que había concluído ya la Audiencia en la Plaza de San Pedro, Francisco se acercó hasta Tomasz Komenda, de 41 años, y encarcelado durante dos décadas en Polonia acusado de la violación y asesinato de una joven de 15 años, cuando él tenía unos 20.
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El hombre llegó al Vaticano, acompañado por sus padres, para rezar en la tumba de Juan Pablo II tras haber recuperado su libertad después de confirmarse que era inocente.
Fue el Limosnero Pontificio, Konrad Krajevsky, que en unos días será creado Cardenal por el Papa, quien se encargó de organizar el encuentro ya que desde hace tiempo Tomasz prepara comida para los pobres y personas sin hogar de Roma.
Francisco le regaló a él y a sus padres varios rosarios y se hizo algunas fotografías que inmortalizaron el momento.