Una multitud de fieles despidió al Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, luego de que el Papa Francisco aceptara su renuncia al cumplir 75 años.
Mons. Aguer asumió como Arzobispo de La Plata el 12 de junio de 2000. Antes fue obispo auxiliar de Buenos Aires entre los años 1992 y 1998.
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El 24 de mayo presentó su renuncia como Arzobispo de La Plata al cumplir 75 años, tal como lo dicta el Código de Derecho Canónico. En su lugar, el Santo Padre nombró a Mons. Víctor Manuel Fernández, quien asumirá el sábado 16 de junio.
Con una Misa en la Catedral de La Plata el 10 de junio Mons. Aguer agradeció a los fieles por las muestras de afecto en sus 18 años como arzobispo.
Concelebraron con él sacerdotes y los obispos auxiliares de La Plata, Mons. Nicolás Baisi y Mons. Alberto Bochatey; el Obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia; el Obispo de Bolsena, Mons. Alfredo Zecca; y el Obispo Emérito de Mar del Plata, Mons. Antonio Marino.
En su homilía, Mons. Aguer se refirió a la polémica de la torta tamaño real del cuerpo de Jesús muerto, que fue expuesta en la Feria de Arte Contemporáneo Argentina (FACA), el pasado 24 de mayo.
Al respecto, consideró "justa" la protesta del Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Aurelio Poli, y catalogó como "cobarde" la disculpa del jefe de gobierno de la capital, Enrique Avogadro, quien comió una porción del pastel.
Mons. Aguer explicó que el segundo mandamiento, el Catecismo de la Iglesia Católica "extiende la prohibición de la blasfemia a las palabras contra la Iglesia de Cristo, los santos y las cosas sagradas".
Sin embargo, dijo, "resulta ahora que para la tilinguería cultural de la pobre Argentina que vivimos, es una obra de arte la torta que representa a Cristo yacente, y arte en acción el comérsela".
Mons. Aguer recordó que "cultura se llama al conjunto de conocimientos, modos de vida y costumbres que tienen vigencia en una época o sociedad determinada".
"Cuando este complejo se descristianiza, y la Iglesia por falta de recursos o por incuria lo abandona, se retira, se recluye, la cultura queda a merced del príncipe de este mundo, del padre de la mentira".
El Arzobispo Emérito de La Plata alertó que el demonio "es un inspirador invencible de ese tipo de diálogo o encuentro en el cual los hombres son inducidos con arte refinado a la blasfemia contra el Espíritu Santo".
Es por ello que alentó a buscar la santidad, ya que "solo los santos advierten plenamente, con perspicacia sobrenatural, tan delicadas artimañas, y no le dejan al que te dije el campo abierto".
Al concluir la Eucaristía, Mons. Aguer anunció que residirá en la arquidiócesis, en la Casa Sacerdotal Cura Brochero, de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús.
"Allí estaré. Si alguien quiere venir a verme, lo recibiré con mucho gusto", expresó el Prelado.