"Cuando veo que en las marchas (de Ni Una Menos) hay tanta violencia y se utiliza para reivindicar el aborto ya no me siento parte", dijo ante el Congreso de Argentina, Verónica Camargo, madre de una adolescente asesinada cuyo caso dio origen a la consigna feminista.
El 10 de mayo de 2015 la hija de Verónica, Chiara Páez, de 14 años y con dos meses de embarazo, fue asesinada por su pareja porque no quiso abortar.
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A raíz del brutal caso, en junio de ese año se realizó la primera marcha a nivel nacional bajo la consigna #NiUnaMenos. En esa ocasión hubo fuertes críticas porque los grupos abortistas querían usar la actividad como plataforma para su agenda.
A tres años de su muerte, la madre de Chiara participó este 31 de mayo en el debate del proyecto del aborto que se discute en el Congreso de la Nación Argentina.
"En los últimos días, en estos debates escucho cosas como que el feto no es un ser humano, que no tiene derechos y que se puede descartar", dijo Verónica.
"Con pena veo a muchas chicas que mezclan el Ni Una Menos con los pañuelos verdes y me lleva a pensar si tendrán conciencia del sentido que significa cada cosa", agregó.
En ese contexto, aseguró que a todas las mujeres les "duele las muertes" y todas comprenden "la carga que implica un embarazo no deseado".
"Pero lo que se llevó la vida de Chiara no fue el bebé que crecía en su vientre, fue el egoísmo de sus asesinos que creyeron que ninguno de los dos merecía vivir. Fue el convencimiento que cuando una persona es un obstáculo es condición suficiente para no reconocer la humanidad del otro", lamentó.
Verónica también expresó que "los problemas deben solucionarse por sus verdaderas causas" como "una buena educación pública, evitar que haya pobreza, generar fuentes de trabajo y mejorar la salud pública".
"Un buen sistema judicial que imponga penas severas en casos de abuso y maltrato y que defienda la vida siempre y no solamente los derechos de los criminales, también las familias nos debemos hacer cargo", agregó.
La madre de Chiara comentó que en 2015 se sentía parte del movimiento Ni Una Menos.
"Me sentí acompañada por Marcela Ojeda, las organizadoras y por la sociedad. Sentí que todas estábamos detrás de lo mismo, de defender la vida y aun hoy sigo en contacto aunque pensemos muy diferentes en algunas cosas".
"Pero cuando veo que en las marchas hay tanta violencia y se utiliza para reivindicar el aborto ya no me siento parte".
El "grito de Ni Una Menos", prosiguió Verónica es "un pedido de justicia, de educación, de responsabilidad y compromiso de los políticos y jueces, de todos como ciudadanos y familias".
"El Ni Una Menos, no es de nadie, tampoco mío, es de todas y por eso les pido que ese grito sea inclusivo", sentenció.
Finalmente, pidió "que se contemple el respeto a los niños que no nacieron, porque en definitiva, el Ni Una Menos también comenzó con la muerte de mi nieto que es la razón por la que mataron a Chiara por defender a su bebé. Debemos defender las dos vidas, la de la mamá y la del bebé", concluyó.