El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) reivindicó el atentado cometido el pasado martes 29 de mayo en la ciudad belga de Liège en el que fallecieron dos mujeres policía y una tercera persona.
Mediante una nota hecha pública en una página web vinculada con el grupo terrorista, ISIS aseguró que el autor de atentado, el ciudadano belga Benjamin Herman, era un "soldado del Califato".
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Por el momento, las autoridades belgas no han confirmado la autenticidad de la reivindicación, aunque la fiscalía está investigando estos crímenes como "ataque terrorista".
El atentado se produjo cuando el terrorista, un joven belga de 31 años identificado con el nombre de Benjamin Herman, atacó con un cuchillo a las dos policías al grito de "Alá es grande". El autor del atentado había sido condenado por robo y tráfico de drogas y se encontraba libre con un permiso carcelario. Sin embargo, se desconocía su supuesta conversión al islam y sus vínculos con el extremismo islámico.
Tras atacar a las policías, robó la pistola a una de ellas y disparó contra ellas y contra el otro fallecido. Posteriormente, el terrorista asaltó un colegio donde se refugió con una rehén. En el asalto policial al centro educativo, el terrorista hirió a otros cuatro policías antes de ser abatido.
Este ataque se produce dos años después de los atentados de marzo de 2016 en Bruselas, reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico, en los que fallecieron 35 personas en varias explosiones en el aeropuerto y en el metro de la capital belga.
En un comunicado difundido por la Diócesis de Liége, Mons. Jean-Pierre Delville, señaló que la comunidad cristiana belga "está profundamente afectada por el tiroteo", y ofreció sus "sinceras condolencias a los familiares de los dos policías y de un joven que han sido abatidos".