Este 24 de mayo se cumplen 25 años del asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en el aeropuerto de Guadalajara (México), un crimen que aún no ha sido esclarecido por las autoridades.
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El purpurado fue asesinado con 14 disparos el 24 de mayo de 1993.
Ante esto, la Conferencia del Episcopado Mexicano expresó su deseo de que el crimen del cardenal "algún día se esclarezca, para que podamos seguir construyendo caminos para un México más justo y fraterno".
"Nos unimos en oración, porque su testimonio sea para nosotros fuente fecunda de fe, esperanza y caridad, en Nuestro Señor Jesucristo, Señor de la Vida", expresaron los obispos.
Las tesis del asesinato del Cardenal Posadas han incluido versiones que lo consideraban miembro de los cárteles de la droga o que fue un asesinato por error de una de las bandas criminales.
Una de las teorías atribuye el crimen al narcotraficante Joaquín Loera, conocido como "El Chapo", cabecilla del cártel de Sinaloa.
El Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, sucesor del Cardenal Posadas en la Arquidiócesis de Guadalajara, investigó el caso durante muchos años y ha asegurado que se trató de "un crimen de Estado".
En 2016 dijo que el asesinato fue "perpetrado por la Policía Judicial Federal, es decir, por la policía de la PGR", la Procuraduría General de la República.
El Cardenal Sandoval aseguró que el móvil del crimen fue el reclamo que hiciera el entonces Arzobispo de Guadalajara para que las principales autoridades políticas del país abandonaran sus vínculos con el narcotráfico y la trata de mujeres.
En ese sentido, explicó que un mes antes del asesinato, el Cardenal Posadas fue a la residencia presidencial de Los Pinos. Ahí se encontraba el entonces mandatario Carlos Salinas de Gortari junto a otros importantes obispos y políticos.
"Con mucho aplomo, mucha hombría", señaló, el Cardenal Posadas "reclamó que jefes de muy alto nivel en el Gobierno estuvieran implicados con los cárteles de las drogas y de la prostitución, del tráfico de mujeres".
"Lo amenazaron, lo echaron para afuera y al mes murió", afirmó.
Días después del asesinato, el 27 de mayo de 1993, San Juan Pablo II pidió que "el luminoso ejemplo del Cardenal Posadas Ocampo sea estímulo y aliento para todos y, en especial, para cuantos continúan la obra de evangelización a la que el digno Purpurado dedicó toda su vida".
"Que el Señor, Príncipe de la Paz, inspire en los corazones sentimientos de concordia y armonía para que no se repitan actos de injustificable violencia, que ofenden la pacífica convivencia y la tradición cristiana del noble pueblo mexicano", dijo el Santo Padre.
El crimen contra el Cardenal Posadas se suma a las muertes violentas de 48 sacerdotes, un diácono, 4 religiosos, 9 laicos y una periodista católica en México desde 1990.
En su comunicado de este 24 de mayo, los obispos mexicanos recordaron la trayectoria del Cardenal Posadas Ocampo, y destacaron su "humildad, sabiduría y generosidad".
Su vida, indicaron, fue la de "un verdadero cristiano".
"Al Señor Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo se le arrebató la vida hace veinticinco años", lamentaron los obispos, pero destacaron que al encaminarse desde muy joven al sacerdocio "la había dado, con toda generosidad".
"Su servicio apostólico y celo pastoral en y por la evangelización dejó ver siempre su afán por la justicia y la búsqueda para construir la paz", aseguraron.