Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este jueves 24 de mayo, el Papa Francisco lamentó que se identifique con comunistas a los que predican la "pobreza", ya que "la pobreza está en el centro del Evangelio".
En su homilía, exhortó a "tomar distancia de las riquezas, porque Dios las ofreció para dárselas a los otros". El Pontífice advirtió contra las riquezas "podridas" y recordó las palabras de Jesús: "¡Ay de ustedes, ricos!".
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Aseguró que si esas palabras las dijera hoy un sacerdote "al día siguiente en los periódicos leeríamos: '¡Ese sacerdote es un comunista!'. Sin embargo, la pobreza está en el centro del Evangelio. La predicación sobre la pobreza está en el centro de la predicación de Jesús: 'Bienaventurados los pobres' es la primera de las Bienaventuranzas".
Francisco insistió en que la pobreza "es el documento de identidad, el documento identificativo con el que Jesús se presenta cuando regresa a su pueblo, a Nazaret". Allí, en la sinagoga, anunció: "el Espíritu está sobre mí, he sido enviado para proclamar el Evangelio, la Buena Nueva, a los pobres, la buena noticia a los pobres".
A pesar de ello, "siempre en la historia hemos tenido la debilidad de tratar de eliminar esta predicación sobre la pobreza creyendo que es una cuestión social y política. ¡No! Es puro Evangelio, es puro Evangelio".
No obstante, el Papa subrayó que cuando Jesús clama contra los ricos, se refiere a los que hacían de las riquezas "una idolatría". Jesús indicaba que "no se puede servir a dos señores: o sirves a Dios o sirves a las riquezas".
Cuando se da "categoría de Señor a las riquezas, éstas te agarran y no te sueltan. Va contra el primer mandamiento: amar a Dios con todo tu corazón". Además, la idolatría de las riquezas también atenta "contra el segundo mandamiento porque destruyen la relación armoniosa entre nosotros, los hombres: 'arruinan la vida', 'arruinan el alma'".
Insistió en que las riquezas "nos alejan de la armonía con nuestros hermanos, del amor al prójimo, nos hacen egoístas".
"Incluso aquí, en Italia, para salvar los grandes capitales, se deja a la gente sin trabajo. Va contra el segundo mandamiento y quién hace esto: '¡Ay de ti!'. No lo digo yo, sino Jesús. Ay de ustedes que explotáis a la gente, que explotáis el trabajo, que pagáis en negro, que no pagáis la contribución para las jubilaciones, que no dais vacaciones. ¡Ay de ti!", aclamó el Obispo de Roma.
Francisco continuó: "Hacer 'descuentos', hacer estafas sobre aquello que se debe pagar, sobre el salario, es un pecado, es pecado. 'No, padre, yo voy a misa todos los domingos y voy a esa asociación católica y soy muy católico y hago la novena de esto ...'. ¿Pero luego no pagas? Esta injusticia es pecado mortal. No estás en la gracia de Dios. No lo digo yo, lo dice Jesús. Es por eso que las riquezas te alejan del segundo mandamiento, del amor al prójimo".
El Papa ofreció la Misa por el "noble pueblo chino" con motivo de la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de Sheshan en Shanghai.