Los obispos de Nicaragua enviaron una carta al presidente Daniel Ortega para pedirle que cumpla con la recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de investigar los hechos de violencia que ocurrieron en abril para ayudar al progreso del diálogo nacional.
La Comisión Interamericana terminó una visita de trabajo en Nicaragua entre el 17 y 21 de mayo, con el fin de documentar en cuatro ciudades las violaciones a los derechos humanos y emitir las primeras recomendaciones concretas al país.
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Según un comunicado de la OEA, la CIDH señala que desde el 18 de abril hubo al menos 76 muertos y 868 heridos, la gran mayoría "en el contexto de las protestas". Cinco heridos "permanecen en hospitales en estado de gravedad".
Además "438 personas fueron detenidas, entre estudiantes, población civil, defensoras y defensores de derechos humanos y periodistas", informó la OEA.
En la carta del 22 de mayo, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) exhortó a Ortega a cumplir con el numeral 3 de las recomendaciones de la Comisión Interamericana.
Este pide "crear un mecanismo de investigación internacional sobre los hechos de violencia ocurridos, con garantías de autonomía e independencia para asegurar el derecho a la verdad e identificar debidamente a los responsables".
En la misiva los obispos aseguraron que "solo el cumplimiento de esta recomendación de la CIDH" les "permitirá continuar avanzando hacia un buen fin del diálogo nacional".
Asimismo, recalcaron que este acuerdo "se vuelve imperativo para la bienandanza de la nación" y para "que el camino del diálogo se vea allanado con resultados fecundos de verdad, justicia, libertad y paz verdadera y duraderas para todos los nicaragüenses".
Finalmente, los obispos ofrecieron la mejor disposición "para colaborar en el camino de la paz, con justicia".
"Le saludamos respetuosamente implorando para usted la luz del Espíritu Santo y la intercesión de la Virgen María para que pueda tomar las mejores decisiones", concluyeron.
El mismo día, 22 de mayo, la CEN denunció en un comunicado que obispos y sacerdotes están siendo amenazados de muerte por parte del Gobierno de Ortega, a través de distintos medios oficialistas y "cuentas anónimas" en redes sociales.
Los obispos señalaron que Nicaragua atraviesa actualmente "una de las peores crisis de su historia tras la cruda represión por parte del gobierno que trata de evadir su responsabilidad como principal actor de las diversas agresiones".
La crisis en Nicaragua comenzó luego que el 18 de abril el Gobierno anunciara un aumento del aporte de los trabajadores y empleadores al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), sumido en una grave crisis económica.
Sin embargo, el presidente Ortega, del Frente Sandinista de Liberación Nacional, tuvo que detener esta medida y anunció un diálogo nacional invitando a la Iglesia como mediadora.
Todavía continúan las manifestaciones en contra del régimen, que se mantiene en el poder desde 2007.