Médicos y estudiantes de medicina participaron el 20 de mayo en la multitudinaria 2º Marcha por la Vida en Argentina y reafirmaron, a través de un manifiesto, que continuarán trabajando por la defensa de la vida del niño que está por nacer y su madre.
"Nos comprometemos a respetar nuestro juramento en favor de la vida de todo ser humano", expresaron médicos y estudiantes de medicina frente al parlamento ubicado en Buenos Aires.
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En 270 ciudades, unos 3 millones 600 mil argentinos se manifestaron en las calles para defender la vida del niño por nacer y su madre, y en oposición al proyecto de aborto que se discute en el parlamento.
En su declaración, los profesionales de la salud dijeron aceptar "todo tipo de embarazo, incluso el más complejo, el cual se trabaja para conducirlo saludablemente a término. Esto nos posiciona como líderes en la defensa de los niños que están por nacer".
"Como profesionales del arte de la medicina estamos en contra de todo método abortivo, ya que solo nos manchamos con sangre intentando salvar vidas", aseguraron.
"Consideramos un crimen la propuesta de legalizar el aborto que constituirá un genocidio silencioso de argentinos inocentes", expresaron.
"Nuestra sociedad necesita que cada uno de sus integrantes se desarrolle plenamente, así construiremos un país. Por eso debemos proteger a todas las mujeres embarazadas y de sus hijos por nacer".
En cada ciudad donde se realizó la 2° Marcha por la Vida, también se leyó una declaración que explica por qué los argentinos rechazan la legalización del aborto.
Los organizadores expresaron que "es inadmisible" debatir la eliminación de "seres humanos a voluntad" en democracia. También manifestaron su preocupación por las mujeres que cursan "embarazos conflictivos y/o se encuentren en situación de riesgo".
Por ello pidieron a la Cámara de Diputados "considerar, adherir y dar tratamiento legislativo" al proyecto de ley de "Protección integral de los derechos humanos de la mujer embarazada y de los niños por nacer".
Por último, exigieron una educación sexual "fundada en valores, dada por los padres y en lo que compete a los establecimientos educativos que sea respetando esos valores y convicciones sin lugar a una educación con ideología de género".