La Red Latinoamericana y Caribeña de Migración, Refugio y Trata de Personas (Clamor) llamó a "construir puentes", reconocer el aporte de los migrantes y trabajar por "reconstruir su dignidad".
Reunidos en Santiago de Chile entre el 7 y el 10 de mayo, los miembros de Clamor revisaron los principales temas que enfrenta la migración mundial, así como el llamado del Papa Francisco a acoger, proteger, promover e integrar a estos hermanos.
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El encuentro fue convocado por el Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), el Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI) y Caritas Chile.
Elvy Monzant, secretario ejecutivo de la Red Clamor, señaló que "mientras unos hablan de muros al sentir que los emigrantes son una amenaza, otros como la Red Clamor vemos en cada migrante una persona un potencial, un ser humano que puede aportar y por tanto, llamamos a construir puentes".
"Exigimos el cumplimiento de sus derechos, alimentación, salud, trabajo, vivienda digna, independientemente de dónde haya nacido y del color de su piel. Soñamos con que todos puedan tener una vida plena y en abundancia. Trabajamos para construir una sociedad justa, solidaria y fraterna", aseguró Monzant.
El Presidente de Cáritas América Latina y el Caribe, Mons. José Luis Azuaje, explicó que "el tema de la migración ha sido siempre muy especial para la Iglesia, y ahora con mayor fuerza" debido a la situación "que están sufriendo los hermanos venezolanos".
"En la Iglesia decimos que nadie es ilegal, todos tenemos dignidad humana y eso nos da la potencialidad de ser recibidos como seres humanos y que sus derechos sean respetados. Lo que nosotros buscamos es el reconocimiento de toda persona humana con su dignidad y que sea acogida con todo derecho. En suma, llamamos a ponerse en los zapatos del otro", dijo.
Por su parte, el P. Leonir Chiarello, director ejecutivo de la red Scalabriniana, señaló que ante el fenómeno de la migración, "como Iglesia somos los primeros en responder y si los migrantes están saliendo, nosotros queremos salir con ellos".
El sacerdote explicó que "hoy la migración se ha convertido en uno de los temas centrales de la agenda global, por motivos humanitarios, económicos y políticos. Por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial superamos los 70 millones de personas que se desplazaron de su país de origen".
Frente a esa crisis humanitaria "tenemos reacciones distintas, países que se cierran viendo esa llegada como una amenaza"; pero también hay instituciones como la Iglesia que trabaja por reconstruir la dignidad de las personas, afirmó.
"El migrante viene a enriquecer nuestro país, a sumar elementos que nos hacen crecer como sociedad. Lo que buscamos es que los países reconozcan a los migrantes como un aporte a su desarrollo", afirmó el P. Chiarello.
Al final del encuentro, los participantes acordaron trabajar en un registro de todos los servicios relacionados que presta la Iglesia en la región, concretar una aplicación móvil sobre información básica de las leyes y servicios para los migrantes, continuar con el proceso de incidencia en los Pactos Globales, entre otras propuestas.
También se impulsó la campaña sobre migración y refugio "Compartiendo el viaje", de Caritas Internacional, que invita a "compartir la mesa con los hermanos migrantes, reconocerlos, integrarlos y acogerlos".