Los obispos de Costa Rica rechazaron la decisión del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) de permitir que las personas puedan cambiarse de nombre en el registro civil en razón de la "identidad de género", así como la eliminación del sexo en "todas las cédulas de identidad".
"Como ciudadanos y como cristianos no podemos sino rechazar moralmente esta decisión del Tribunal Supremo de Elecciones, pues consideramos que se aleja del bien común para favorecer indebidamente a sectores sociales que detentan reivindicaciones basadas en una muy particular interpretación de los derechos humanos", señalaron los prelados en un comunicado este 15 de mayo.
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El lunes 14 el TSE, a partir de la Opinión Consultiva (OC-24/17) de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, "aprobó y reguló el cambio de nombre por identidad de género autopercibido para las personas que así lo soliciten al Registro Civil".
"Con el fin de evitar efectos estigmatizantes, adicionalmente, se procederá a eliminar la indicación del sexo de nacimiento en todas las cédulas de identidad", agrega el TSE.
El TSE se refiere a la "Opinión consultiva sobre identidad de género, y no discriminación a parejas del mismo sexo", emitida el pasado 9 de enero, con la que la Corte Interamericana respondió a una serie de consultas realizadas por Costa Rica sobre identidad de género y matrimonio homosexual.
Según este documento, el registro del cambio de sexo en documentos estatales "es un derecho protegido por la Convención Americana" de Derechos Humanos.
En la opinión consultiva, la Corte Interamericana alentó a los países firmantes del Pacto de San José a "vencer dificultades institucionales para adecuar su legislación y extender el derecho de acceso a la institución matrimonial a las parejas del mismo sexo".
Sobre la decisión del TSE, los obispos de Costa Rica afirmaron que "toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, defendida de todo signo de discriminación injusta y particularmente cualquier forma de agresión y violencia".
Sin embargo, recordaron que en su exhortación apostólica Amoris Laetitia, el Papa Francisco señala que "las uniones entre personas del mismo sexo no pueden equipararse sin más al matrimonio".
En ese sentido, los prelados indicaron que "toda acción que desfigure u oscurezca la naturaleza humana, lejos de ser un derecho o una acción que promueva a la persona, se constituye en un elemento que oscurece su verdadero desarrollo como ser humano".
El designio de Dios, recordaron, fue crear al ser humano "varón y mujer".
Sobre la decisión de TSE, advirtieron que impone "una serie de normas sin la mediación del legislador costarricense y constituyéndose en un atropello a la cultura, idiosincrasia de nuestro pueblo y provocando una serie de consecuencias sociales y jurídicas de imprevisibles consecuencias".
Entre estas están "la anulación del dato fáctico de la sexualidad humana, la vulneración del concepto jurídico de matrimonio vaciando de valor el artículo 14 inciso 6 del Código de Familia, que establece el matrimonio entre varón y mujer, consecuencias para nuestro sistema de cuotas en los procesos de elecciones con base en el sexo (listas de candidatos y candidatas a elección popular, por ejemplo), consecuencias para los sistemas de pensiones (no existe paridad en la edad de jubilación para hombres y mujeres) y hasta para nuestro sistema penal (¿Cómo se entenderá a partir de ahora el feminicidio?)".
Los obispos señalaron que otra seria consecuencia es la posibilidad de que una persona "oculte o haga insegura su determinación de sexo, la cual no estará registrada en el documento llamado cédula de identidad y en sus registros civiles".
De esa manera, prosiguen, "no es posible a un tercero de buena fe, saber si biológicamente esta persona es varón o mujer, por lo que un tercero de buena fe puede ser inducido a contraer matrimonio con una persona de su mismo sexo sin saberlo",
Con este tipo de situaciones se estaría "violando así no solo la buena fe sino también la legislación del Código de Familia que establece la obligación del Estado de proteger el concepto de familia que el constituyente quiso privilegiar en nuestra Carta Magna y al matrimonio heterosexual como la base de este concepto de familia, mismo protegido por la misma jurisprudencia de la Sala Constitucional".
La decisión del TSE también "menoscaba la libertad religiosa, pues pone en peligro la convicción cristiana de que el matrimonio será siempre entre varón y mujer".
"Rogamos al Señor ilumine a nuestros gobernantes en los diversos poderes del Estado, a fin de que favorezcan siempre el Bien Común y nunca privilegiando intereses particulares", concluyen.