Desde Bélgica hasta el Vaticano llegó una delegación de la Asociación Logia que se reunió con el Papa Francisco, quien afirmó que una fe auténtica siempre lleva implícita un deseo profundo de cambiar el mundo y dejar cosas buenas.

"Con vosotros doy las gracias al Señor que os ha permitido regresar a las fuentes y recuperar la frescura original del Evangelio, y hacer el surgir el proyecto Logia".

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El Papa manifestó que "en el ámbito de una sociedad secularizada, donde algunos querrían relegar la religión a la secreta intimidad de las personas, el objetivo de vuestra asociación subraya que 'una fe auténtica implica siempre un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo bueno tras nuestro paso por la tierra'".

"Os animo a poner a la luz, mediante la participación en el debate público, que el Evangelio es una vía de humanización en la escuela de Jesús, nuestro Señor y nuestro Maestro, no como los enemigos que apuntan con el dedo y condenan, sino con amabilidad y respeto, sin cansaros de hacer el bien".

Bajo la invitación de testimoniar que la Iglesia acompaña, les pidió que se apoyen "sobre la gran riqueza de la tradición cristiana y sobre la Doctrina social de la Iglesia". También que manifiesten "que Jesucristo no es nunca sinónimo de clausura" porque "es un don de Dios ofrecido a todos los hombres como un camino que libera del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento y la fuente de una alegría que ninguno puede quitarnos".