El Arzobispo de Malinas-Bruselas (Bélgica), Cardenal Josef De Kesel, expresó su apoyo a la bendición de parejas homosexuales y comentó que no tiene nada contra ellas mientras se den en un marco de "honestidad y lealtad".
Así lo indicó el Purpurado belga luego de un encuentro en el Palacio Arzobispal de Bruselas con el comité ejecutivo del grupo LGTB Homosexual Lesbiennewerking Mechelen (HLWM).
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Medios belgas informan que el encuentro se realizó a finales de abril y que el Cardenal afirmó que "la bendición tal vez no sea la palabra adecuada porque se parece mucho a la bendición de un matrimonio. Podría hablar tal vez de una celebración de acción de gracias o de oración".
"Una oración eclesiástica por la relación de dos hombres o dos mujeres ciertamente es posible, mientras no parezca un matrimonio por la Iglesia. En este contexto el intercambio de anillos no podría hacerse", indicó el Arzobispo.
De acuerdo al sitio progay Zizo-online, el Cardenal De Kesel dijo que "hasta hace poco, la Iglesia era muy desdeñosa con los homosexuales y las lesbianas, pero eso no era distinto de la sociedad en general. Ciertamente, en Europa mucho ha cambiado para bien, pero la Iglesia en África y Asia en particular; y en algunas partes de Europa del Este aún no. Sin embargo también debemos respetar esas opiniones".
"Ciertamente no estoy a favor de un comportamiento promiscuo de los homosexuales ni los heterosexuales", añadió.
"Tenemos un Cardenal que está seriamente interesado en el bienestar de los gays y las lesbianas", dijo un representante de HLWM después de la reunión con el Arzobispo de Bruselas, que en 2015 se mostró favorable a dar la Comunión a los divorciados en nueva unión.
Según Nieuwsblad.be, el Cardenal señaló que la vivencia de la castidad en los homosexuales "ya no es sostenible. El Papa Francisco dijo hace un tiempo sobre los LGBT: ¿Quién soy yo para condenar a las personas que buscan a Dios? (…) Esas palabras eran impensables hace diez años, pero Francisco ha dejado su huella".
El Cardenal se refirió a una respuesta sobre los homosexuales que dio el Papa durante la rueda de prensa en el vuelo que lo llevó de retorno de Río de Janeiro a Roma, y que los medios suelen presentar de manera incompleta o sesgada, ignorando la mención que hizo el Pontífice del Catecismo de la Iglesia Católica.
El Papa dijo en esa oportunidad que "si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El Catecismo de la Iglesia Católica explica esto de una manera muy hermosa".
La enseñanza católica respecto de la homosexualidad está resumida en tres artículos del Catecismo: 2357, 2358 y 2359.
En estos artículos la Iglesia enseña que los homosexuales "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta".
La homosexualidad como tendencia es "objetivamente desordenada" y "constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba".
Apoyada en la Sagrada Escritura "la Tradición ha declarado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados", "no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual" y por tanto "no pueden recibir aprobación en ningún caso".
"Las personas homosexuales están llamadas a la castidad" y "mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana", indica el Catecismo.