La principal causa de muerte entre los estadounidenses menores de 50 años no son los accidentes automovilísticos o el cáncer, sino las sobredosis de drogas.
El suicidio no se queda atrás, como la segunda causa de muerte en adolescentes y jóvenes adultos, y la décima causa de muerte en general en los Estados Unidos. Los investigadores llaman colectivamente al suicidio y muertes por sobredosis como "muertes por desesperación".
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En medio de estas aleccionadoras estadísticas, y al comienzo del Mes Nacional de Concientización de la Salud Mental, los obispos católicos de California emitieron Esperanza y Curación, una carta pastoral sobre el cuidado de las personas que padecen enfermedades mentales, llamando a los católicos para que los acompañen y les brinden esperanza.
"La vida pública de Cristo fue un ministerio de esperanza y curación. Como católicos, a imitación de nuestro Señor, estamos llamados a brindar esperanza y curación a los demás", dijeron.
"Nosotros profesamos que toda vida humana es sagrada, que todas las personas son creadas a imagen y semejanza de Dios y, por lo tanto, la dignidad y el valor de una persona no pueden ser disminuidos por cualquier condición, incluyendo la enfermedad mental", añadieron.
Los obispos calificaron el aumento de las enfermedades mentales, el suicidio y las sobredosis de drogas como una "crisis desgarradora" e instaron a los católicos a ayudar a terminar con el estigma social para aquellos que buscan apoyo y ayuda en estas áreas de sus vidas.
"Las personas con enfermedades mentales a menudo sufren en silencio, se ocultan y no son reconocidas por otros", indicaron los prelados.
"Claramente proclamamos que no hay vergüenza en recibir un diagnóstico de un trastorno psiquiátrico. Afirmamos la necesidad de educación en nuestras comunidades para eliminar el prejuicio injusto y el estigma a menudo asociado con la enfermedad mental", agregaron.
En cambio, todos los católicos deben usar sus dones y talentos únicos para ayudar a aliviar estos problemas y para acompañar a los que sufren, señalaron los obispos, ya sea proporcionándoles amistad, apoyo espiritual o apoyo profesional si corresponde.
También alentaron un enfoque para la curación de las enfermedades mentales que explican a la persona humana en su conjunto: espiritual, física y psicológicamente.
"Algunos cristianos sospechan de la psiquiatría o psicología clínica y cuestionan su compatibilidad con la fe católica. El discernimiento es necesario ya que no todos los enfoques psicológicos que pretenden ser "científicos" de hecho están respaldados por pruebas sólidas", dijeron.
"Sin embargo, la buena ciencia que reconoce la vida y la dignidad de las personas y la fe católica nunca están en desacuerdo. La ciencia médica ha descubierto muchos tratamientos útiles para ayudar a las personas con enfermedades mentales, y los católicos deberían darles la bienvenida y hacer uso de estos, incluidos los medicamentos, la psicoterapia y otras intervenciones médicas", agregaron.
Los obispos también enfatizaron que los católicos que experimentan enfermedades mentales o adicciones no deberían sentirse como fracasados espirituales, y señalaron que "de hecho, hombres y mujeres de fuerte carácter moral y santidad heroica - desde Abraham Lincoln y Winston Churchill hasta Santa Teresita de Lisieux, San Benedicto José Labre, San Francisco de Roma y San Josefina Bakhita sufrieron de trastornos mentales o heridas psicológicas graves.
Los papas sobre las enfermedades mentales
Varios papas en los últimos años han hablado o escrito acerca de la importancia de cuidar a las personas con enfermedades mentales, incluido San Juan Pablo II, quien durante un discurso de 2003 sobre la depresión señaló que es importante "extender la mano a los enfermos, a hacerles percibir la ternura de Dios, integrarlos en una comunidad de fe y vida en la que puedan sentirse aceptados, comprendidos, apoyados, respetados; en una palabra, en la que pueden amar y ser amados".
El Papa Francisco en 2013 dijo que Dios está en la vida de todos, "incluso si la vida de una persona ha sido un desastre, incluso si es destruida por vicios, drogas o cualquier otra cosa, Dios está en la vida de esta persona".
Además, el llamado continuo de Francisco para llegar a aquellos en las "periferias" incluye a aquellos que han experimentado enfermedades mentales, anotaron los obispos.
Si bien reconocieron la dificultad y la sensibilidad de discutir temas como la enfermedad mental y la adicción, los prelados instaron a los católicos a demostrar que no tienen miedo de acompañar a quienes sufren.
También dijeron que aunque el sufrimiento por lo general no tiene sentido, los católicos pueden esperar a Cristo por la esperanza y la curación, porque él también conocía el gran sufrimiento cuando estaba en la tierra.
La carta de los obispos, en inglés, español y vietnamita, se publicó en el sitio web de la Conferencia Católica de California, junto con una lista de recursos de salud mental y número telefónicos de ayuda en California.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.