El Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, lamentó el asesinato de tres jóvenes estudiantes que fueron disueltos en ácido en el estado de Jalisco.
El 25 de abril, en la Misa que presidió al cumplirse 10 años del fallecimiento del Cardenal Ernesto Corripio Ahumada, el Arzobispo de México dijo que lo ocurrido con los jóvenes "es un drama que nos apena mucho como país".
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El 19 de marzo desaparecieron en la localidad de Tonalá, estado de Jalisco, los jóvenes Javier Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz García y Marco Francisco García Ávalos, que eran estudiantes de cine de la Universidad de Medios Audiovisuales.
Estos jóvenes filmaban un proyecto en una casa en las afueras de Guadalajara que era de la tía de uno de ellos y que había sido utilizada por el Cartel Nueva Plaza.
"Sin saberlo, los estudiantes estuvieron en un lugar de grave riesgo vigilados por una célula delictiva del CJNG (Cartel Jalisco Nueva Generación), contraria al Cartel Nueva Plaza", dijo el fiscal del estado, Raúl Sánchez.
La Fiscalía de Jalisco informó el lunes 23 de abril que los hombres del CJNG secuestraron, torturaron, asesinaron y disolvieron en ácido a los jóvenes estudiantes porque creyeron que eran del Cartel Nueva Plaza.
En una redada a un inmueble vinculado a los sospechosos del crimen, se encontró más de 46 bidones de ácido sulfúrico y restos humanos.
"Nos apena mucho como país que sucedan estas cosas. Ojalá que se detengan y no vuelvan a suceder. Son cosas que nos deben preocupar a todos", dijo el Cardenal Aguiar tras la Eucaristía por el fallecido Cardenal Corripio Ahumana.
En la Misa que celebró por el fallecido Purpurado que dirigió la Arquidiócesis de México, el Arzobispo dijo que al Cardenal Corripio Ahumada fue "un hombre que le tocó vivir momentos difíciles de la Arquidiócesis, para restructurarla, para hacerla caminar".
"Y luego la tragedia, el drama de 1985, en donde, secundado por muchas instituciones, y especialmente por los católicos de esta Arquidiócesis, dieron un testimonio elocuente de solidaridad con las víctimas", del terremoto de aquel año que dejó al menos 3 mil muertos y gran cantidad de daños materiales.
"Hoy le damos gracias a Dios de haber tenido esta mediación; de que haya tenido esta Iglesia particular, en la persona de Don Ernesto Corripio, el pastor adecuado para los tiempos adecuados", agregó el Cardenal Aguiar.