Nueva visita del Papa Francisco fuera de Roma, en esta ocasión a las localidades de Alessano y Molfetta, con motivo del 25º aniversario de la muerte de Mons. Tonino Bello, conocido por muchos como el "obispo de los pobres".
El Pontífice llegó a primera hora de la mañana en helicóptero a Alessano, donde fue acogido por las autoridades. Después se detuvo ante la tumba de Don Tonino y rezó durante unos minutos en silencio. A continuación, mantuvo un encuentro con la población.
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"Soy peregrino en esta tierra en la que ha nacido el Siervo de Dios Tonino Bello. Acabo de rezar en su tumba, que no se alza monumentalmente hacia lo alto, sino que está toda plantada en la tierra: Don Tonino, sembrado en la tierra, parece querer decir cuánto ha amado este territorio".
El Papa señaló que para él "entender a los pobres era una verdadera riqueza". "Tenía razón, porque los pobres son realmente la riqueza de la Iglesia".
"Una Iglesia que tiene el corazón en los pobres permanece siempre sintonizada en el canal de Dios, no pierde nunca la frecuencia del Evangelio y siente el deber regresar a lo esencial para profesar la coherencia que el Señor es el único verdadero bien".
Francisco aprovechó que el Siervo de Dios "no perdía ocasión de afirmar que en el primer puesto está el trabajador con su dignidad, no el beneficio con su avaricia".
"Si la guerra genera pobreza, también la pobreza genera guerra", por lo que "la paz se construye comenzando desde las casas, desde las calles, desde las tiendas: allí donde artesanalmente se plasma la comunión".