"A mí me gusta plantear las cosas en forma clara", dijo el Prefecto Emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Jorge Medina Estévez, respecto a los jóvenes que se cuestionan vocación a la vida sacerdotal.
"Hoy, a un muchacho que me plantea a mí que quiere ser sacerdote le diría: mira, partamos de un principio. Un sacerdote es una persona que se dedica a lo que no se ve", afirmó el Cardenal, quien tiene 63 años de sacerdote.
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En entrevista con ACI Prensa, el Cardenal explicó: "Si eres arquitecto puedes ver la casa, si eres ingeniero puedes ver el puente, si eres médico puedes ver al paciente, en cambio, el sacerdote se mueve en el mundo de lo que no se ve, que finalmente es un mundo a través de la fe".
Señaló que en la Carta a los Hebreos, se afirma que "lo que se ve proviene de lo que no se ve", por lo tanto, "la vocación sacerdotal es una vocación que parte de una visión de fe".
"Tú no ves a Cristo Jesús en la Santa Hostia. Tú no ves la gracia de Dios cuando el sacerdote te absuelve de tus pecados. Tú no ves la gracia del matrimonio como un reflejo del amor de Cristo por la Iglesia, no solamente como una compañía más o menos simpática, etc.", dijo.
El celibato
Durante la entrevista, el Purpurado también abordó el tema del celibato sacerdotal, e indicó que este "no tiene ningún sentido si acaso tú no tienes fe".
"La fe te indica, como dice Jesús en el Santo Evangelio, que en la vida eterna ni los varones tomarán mujeres ni las mujeres tomarán marido. Es decir, yo estoy pensando en la vida eterna", sostuvo el Cardenal Medina.
Sin embargo, aclaró que el celibato "no es despreciar esta vida, ni a mis padres que fueron casados. No. Pero el camino del sacerdote, y también el camino de un laico, es un camino de fe. Si tú no tienes la luz de la fe, tú no ves el fondo de las cosas".
Finalmente, el cardenal reflexionó sobre la vocación a la vida cristiana en los distintos estados de vida, y afirmó que "la adhesión a la fe cristiana y a las exigencias morales de la fe debe ser siempre un motivo de alegría".
"Cuando la gente piensa que los mandamientos coartan la libertad, eso proviene de un concepto erróneo de lo que es libertad, cuando se cree que es hacer lo que yo quiero; cuando la libertad verdadera es hacer el bien".
"Un cristiano debe ser una persona siempre alegre, como los santos. San Pablo dice en una de sus cartas: 'Ustedes estén siempre alegres en el Señor'", concluyó el Cardenal Medina.