Este miércoles, al término de la Audiencia General, el Papa Francisco recibió la "visita" de tres llamas: Buffon, Shaquiri e Tiento; que llegaron a la Plaza de San Pedro luego de recorrer más de mil kilómetros desde Alemania, de la mano de sus cuidadores Walter Mair, Thomas Burger y Thomas Mohr.

Tal como se aprecia en las imágenes, luego de la catequesis el Pontífice tuvo un breve y ameno encuentro con los cuidadores, quienes le entregaron un solideo y un par de medias como regalo. La llama es un auquénido originario de Sudamérica.

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Foto: Vatican Media / ACI Prensa

En diálogo con ACI Prensa, uno de los cuidadores explicó que "Walter tiene más de 200 animales y de él ha nacido un poco la idea de hacer esta peregrinación. Thomas es director de una empresa y yo soy abogado".

Mientras los peregrinos contemplaban con curiosidad a las llamas, Thomas dijo que "somos tres amigos a los que se nos metió en la cabeza desarrollar esta idea. Hemos hecho estos más de 1.000 km, seis semanas saliendo el 20 de febrero hasta hoy, que hemos llegado a la meta, al Papa".

En ese sentido, afirmó que "ha sido realmente emocionante ver al Papa personalmente, darle la mano y poder decirle alguna cosa". "Es una persona muy rica en sabiduría y nos ha pedido que recemos por él".

Foto: Vatican Media / ACI Prensa

"Naturalmente le hemos visto interesado, porque son animales que se encuentran en su tierra de origen, en Argentina. Se veía que le ha gustado ver a las llamas", añade.

Pero no solo han llamado la atención de Francisco. Los tres peregrinos aseguran que a lo largo del viaje han vivido una auténtica "tormenta" de personas que se han acercado a ellos y les han ayudado.
"Esto animales son simpáticos y aquí llaman mucho la atención", apunta, mientras las personas tomaban fotos y grababan videos de las llamas con sus celulares.

 

El viaje de seis semanas "ha sido un tiempo de espiritualidad, de rezar, una verdadera peregrinación en la que hemos vivido momentos muy bonitos. Hemos sido acogidos en monasterios, hemos ido a zonas en las que ha vivido San Francisco de Asís y el Domingo de Ramos estuvimos en la ciudad de Orvieto. Allí nos dieron una nueva bendición".

De hecho, durante su recorrido, levantaron tanta expectación que en Facebook la gente iba anunciando su llegada y en muchos lugares la gente les ayudaba ofreciéndoles comida.