Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, Obispo de Bilbao y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) impartió la primera conferencia de la Semana de la Familia organizada por el Obispado de Córdoba (España).
Durante la intervención titulada "La respuesta de Humanae Vitae al desafío cultural sobre la procreación", Mons. Iceta explicó algunas de las corrientes que ponen la libertad por encima de todo, pero dejan a la familia en un segundo plano.
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En ese sentido el Prelado apuntó que una sociedad que cuida de la familia está asegurando un futuro esperanzador.
El Obispo de Bilbao explicó cómo el Beato Papa Pablo VI intentó dar una respuesta al desafío de la revolución sexual a través de la encíclica Humanae Vitae, por eso afirmó que como cristianos, somos servidores de la vida, donde la familia adquiere una importancia capital, ya que es el lugar antropológico por excelencia donde nace la vida y donde es acogida.
Entre los retos más destacados que presentaba esta encíclica, Mons. Iceta recordó que se escribió a finales de los años 60, en un contexto cultural y social especialmente complejo ya que la revolución sexual estaba en pleno apogeo, el feminismo había evolucionado hacia un radicalismo y las políticas de control de la natalidad y los anticonceptivos se implementaban e impulsaban en los países occidentales y en países en vías de desarrollo.
Unos retos culturales que según el Obispo de Bilbao, continúan vigentes todavía hoy, y a los que la antropología cristiana debe dar respuesta.
Mons. Iceta apuntó que la antropología cristiana subraya "la dignidad del ser humano, del matrimonio y de la familia, de toda vida humana y del don de la sexualidad como lenguaje corporal del amor en el que está también inserto el maravilloso don de la procreación humana".
También recordó que "en el amor conyugal se dona y se recibe el cuerpo" y se centró la paternidad responsable y la conciencia.
Mons. Iceta aseguró que es necesario "concienciar del don de la vida humana", por lo que cada pareja debe ser responsable a la hora de procrear, conocer y respetar las leyes biológicas del ser humano y recordó que "el amor siempre une y genera vida, pero con responsabilidad".
Mientras que sobre la conciencia el Prelado aseguró que es "el núcleo más secreto del hombre, que depende de la verdad moral y que crece y se forma en la familia y en la comunión de la Iglesia".