El 8 de abril, Domingo de la Divina Misericordia, miles de fieles en Chile salieron a "correr a Cristo" en la tradicional fiesta de Cuasimodo, donde se reparte la Eucaristía a los enfermos que por su condición no pueden asistir a Misa.
La Fiesta de Cuasimodo se remonta a la época de la Colonia y se trata de una celebración única en el mundo católico, incluso calificada por San Juan Pablo II, en 1987, como un "verdadero tesoro del pueblo de Dios".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Crédito: Comunicaciones Arzobispado de Santiago
La palabra Cuasimodo procede del latín "Quasi modo", que significa "Al modo de", y corresponde a las primeras palabras de la antífona de entrada de la Misa del segundo domingo de Pascua.
Cada segundo domingo de Pascua, los llamados "cuasimodistas" acompañan la carroza que encabeza la caravana, y que en su interior va el sacerdote que porta la Eucaristía, para dar la Comunión a las personas enfermas y postradas que la hayan solicitado.
Crédito: Comunicaciones Arzobispado de Santiago
Al ser una tradición que nació en el campo de la zona central de Chile, en sus comienzos el recorrido solo se hacía a caballo, pero hoy las caravanas contemplan carretas, vehículos motorizados y bicicletas.
El cuasimodista se distingue por vestir el típico traje de "huaso" (hacendado del campo) y dos elementos distintivos: un pañuelo en la cabeza, que reemplaza al sombrero del huaso en señal de respeto; y la esclavina, un manto amarrado al cuello que cubre la espalda, como muestra de servicio a la Iglesia.
Crédito: Comunicaciones Arzobispado de Santiago
Este año, el Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, participó del Cuasimodo de la comuna de Pudahuel, cuya jornada comenzó con la Misa y luego la visita a los vecinos enfermos y ancianos de distintos sectores de la comuna para llevarles la comunión.
"Que hermoso el gesto de llevarle a Jesús resucitado a nuestros hermanos y hermanas que se encuentran postrados por enfermedad o disminuidos, o por su edad, y que van a recibir el día de hoy el regalo más grande de la comunidad cristiana, el cuerpo y la sangre de Jesús resucitado", destacó el Cardenal Ezzati.
Crédito: Comunicaciones Arzobispado de Santiago
El Arzobispo destacó que la celebración haya coincidido con la Fiesta de la Divina Misericordia. "Qué hermosa es la experiencia de la misericordia de Dios, un Dios que frente a la ingratitud, nos manifiesta bondad, amor, misericordia, y nos invita a ser como Él y a manifestar nuestra fe y la esperanza que no abandona", afirmó.