Hombres armados irrumpieron el domingo 8 de abril en una iglesia en la región del Nord Kivu en la República Democrática del Congo y asesinaron de un disparo en la cabeza al párroco Étienne Sengiyumva, de 38 años de edad.
Mons. Théophile Kaboy Ruboneka, Obispo de Goma en el estado de Nord Kivu, fue quien dio la trágica noticia a la agencia vaticana Fides.
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"Después de haber celebrado la Misa en Kyahemba, una circunscripción de su parroquia, alrededor de las 15 horas, don Étienne se reunió con sus colaboradores y, de pronto, un hombre armado acompañado de otros ingresó a la sala de reuniones del templo y disparó a sangre fría en la cabeza del sacerdote, asesinándolo en el acto", relató el Obispo.
"El homicidio fue tan rápido que los presentes no pudieron contar cuántas personas ingresaron en la sala para matar a don Étienne", lamentó.
El Prelado dijo también a Fides que "es difícil saber quiénes son los responsables. Nuestra región está infestada de grupos armados, al menos 15, que no se pueden aún desmantelar, pese a la constante presencia de los cascos azules de la ONU".
Mons. Ruboneka explicó que "don Étienne es el tercer sacerdote asesinado en el área" y que "las investigaciones para dar con los responsables no terminan nunca. De nuestra parte haremos de todo para identificar a los asesinos de don Étienne, pero no nos hacemos ilusiones".
"En estos casos los testigos temen por su propia vida y la de sus seres queridos. Difícilmente ofrecerán elementos útiles para las indagaciones", señaló.
El Obispo recordó que en su diócesis fue secuestrado el P. Célestin Ngango luego de celebrar la Misa de Pascua. El sacerdote fue liberado el 5 de abril. El Prelado dijo que probablemente el secuestro y el asesinato del P. Etienne no tienen relación.
"Repito: en nuestra región hay tantos grupos armados que es difícil saber quién ha cometido una acción u otra. Aquí en Nord Kivu vivimos en el caos total", refirió el Prelado.
Para concluir, el Obispo subrayó que "la situación de mi Diócesis de Goma, como la de Butembo-Beni, es increíble. Estamos completamente abandonados todos y vivimos gracias a la Providencia. Pido a los fieles de la Iglesia universal que recen por nuestra región para que podamos reencontrar la paz".