Alberto José González tiene 50 años, está casado y tiene dos hijas, es policía retirado y desde hace casi tres meses es el primer diácono permanente de la ciudad de Gijón (España).
Según explicó en una entrevista en el diario El Comercio, tanto en el Cuerpo Nacional de Policía como en el sacerdocio "se presta un servicio al pueblo y esa es precisamente mi vocación. Ya sea como policía o como diácono".
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Alberto José asegura que siempre ha sido creyente y que desde su juventud "siempre le llamó enormemente la atención todos los grandes misterios, como la vida, el universo o lo relacionado con Dios".
Tras unos problemas de salud que le impidieron continuar su trabajo como policía decidió jubilarse de manera anticipada.
Fue durante el tiempo que estuvo de baja por enfermedad cuando comenzó a madurar la posibilidad de ordenarse como diácono permanente. Asegura que una vez que decidió ordenarse diácono "habría seguido adelante aunque no se hubiere jubilado".
Una "intensa conversación" con el sacerdote Manuel Viego fue decisiva para tomar la decisión de ser diácono.
Manuel Viego se ordenó sacerdote en abril de 2005 después de llevar una vida alejada de la Iglesia y dentro de las drogas.
José Alberto se retiró del Cuerpo Nacional de Policía en agosto de 2011 y en septiembre de ese mismo año se matriculó en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Melchor de Quirós, en la ciudad de Oviedo (España) donde estudió tres años.
Junto con él estudiaron otros dos hombres que también se ordenaron diáconos el pasado 13 de diciembre.
Según explicó, con su ordenación "alcanzamos el máximo nivel de compromiso en el servicio a la Iglesia, ya no podemos aspirar a más".
Además precisó que puede realizar todas las funciones en la Iglesia, menos consagrar y confesar, pero insiste en que lo que más le gusta es el trato con las personas.
"Al fin y al cabo era lo que más me gustaba durante mi paso por el Cuerpo Nacional de Policía. No niego que las persecuciones y las intervenciones estaban bien, pero yo siempre me quedé con las palabras de agradecimiento de la gente a la que ayudé y con los buenos amigos que hice a lo largo del tiempo", aseguró a El Comercio.
Diácono permanente es uno de los grados del orden sacerdotal. La palabra diácono significa "el que sirve". Desde el Concilio Vaticano II se estableció de nuevo el diaconado como estado permanente en la Iglesia.
Para poder ejercerlo deben ser mayores de 35 años, con una edad máxima en torno a los 60. También pueden serlo hombres casados, pero deben llevar al menos 5 años de matrimonio y si enviudan no podrán volver a casarse. En el caso de los hombres casados, la esposa debe estar de acuerdo.
Su función principal es la predicación de la palabra de Dios, celebrar los sacramentos, excepto la confesión y la consagración.