Un tribunal de Inglaterra aprobó el 20 de febrero que un grupo de médicos desconecten, contra la voluntad de los padres, el soporte vital a Alfie Evans, un niño de 21 meses que tiene una condición neurológica degenerativa.
Evans se encuentra en un "estado semi-vegetativo" y con soporte vital en el Alder Hey Children's Hospital en Liverpool. Los médicos acudieron al tribunal argumentando que los esfuerzos adicionales son inútiles y no son del interés del menor.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El juez Anthony Hayden, del Tribunal Supremo, dictaminó el 20 de febrero que "la necesidad de Alfie ahora es de cuidados paliativos de buena calidad", por lo que "requiere paz, tranquilidad y estabilidad, para que pueda concluir su vida tal como la vivió".
"Estoy satisfecho de que el soporte ventilatorio continuo ya no está en los intereses de Alfie. Esta decisión que aprecio será una noticia devastadora para los padres de Alfie. Espero que tomen su tiempo para leer este juicio nuevamente", declaró.
Por su parte, Alder Hey Children's Hospital informó que siempre busca ponerse de acuerdo con los pacientes sobre los planes de atención.
"Nuestro objetivo es siempre tratar de llegar a un acuerdo con los padres sobre el plan de atención más apropiado para su hijo. Desafortunadamente, a veces hay situaciones raras como ésta en las que no se puede llegar a un acuerdo y el equipo cree que el tratamiento continuo no es lo mejor para el niño", apunta.
El hospital puede retirar la ventilación de Evans el viernes 23 de febrero.
Los padres de Alfie, Tom Evans y Kate James, están considerando apelar la decisión.
Los doctores han descrito la condición del niño como intratable, pero sus padres están solicitando la transferencia de su hijo al Hospital Pediátrico Bambino Gesu, en Roma, más conocido como el Hospital del Papa, para su diagnóstico y posible tratamiento.
El caso de Evans se asemeja al de Charlie Gard, un niño inglés con una enfermedad terminal que murió en julio de 2017 luego que se le retirara el soporte vital, contra el deseo de sus padres.
Gard tenía 11 meses y había estado en el centro de un debate legal, de meses de duración, sobre los derechos de los padres y la vida humana.
Los médicos del Hospital Great Ormond Street, que trataron a Gard, también acudieron a la Corte para quitarle el soporte vital.
Aunque los padres de Gard recaudaron más de 1.6 millones de dólares para su tratamiento y recibieron ofertas de hospitales en Europa y Estados Unidos para recibirlo, un juez del Tribunal Supremo ordenó que se le quitara el soporte vital.
Comentando la situación de Gard con CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– en junio de 2017, la Dra. Melissa Moschella, profesora de filosofía de la Universidad Católica de América, dijo:
"Me parece completamente equivocado que el Estado deba intervenir cuando la decisión que los padres están tomando está realmente dirigida en el mejor interés del niño".
"No es una locura, no es abusiva, no es negligente. Es la decisión de los padres que desean, como les sea posible, dar a sus hijos muy enfermos una oportunidad de vida", continuó.
La especialista dijo que esta decisión "debería estar completamente dentro de la prerrogativa de los padres", citando la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Esa declaración "indica claramente que los padres, no el Estado, serán los principales responsables", afirmó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
También te puede interesar:
La dignidad humana no la otorga una ley u orden judicial, asegura Arzobispo https://t.co/WnHKuXWrg7
- ACI Prensa (@aciprensa) 24 de octubre de 2017