Rannah Evetts, de 22 años, es fundadora y directora de la Escuela para Sordos San Francisco de Sales en Kampala (Uganda), una iniciativa que nació en 2016, dos años después de su conversión y bautismo en la Iglesia Católica.
Esta escuela católica tiene como objetivo promover la educación y el bienestar de las personas sordas en la región al oeste del río Nilo. A sus estudiantes se les enseñanza en lenguaje de señas y, sobre todo, se vela por su crecimiento espiritual.
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En Uganda las personas sordas son a menudo aisladas, despreciadas y privadas de sus derechos. Además están más expuestas a sufrir una violación o ser maltratadas. A menudo se les considera incapaces, malditas y muchos padres aún piensan que es una pérdida de dinero enviarlas al colegio.
El amor de Rannah por África nació desde que era niña.
"Desde que era una niña yo decía que iría a África y realmente no entendía por qué. Mi madre simplemente me llamaba su 'pequeña niña africana' porque eso es todo de lo que hablaba", contó Rannah a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– .
Años más tarde, ya de adolescente, ese amor se materializaría luego de ser bautizada en la Iglesia Católica, tras años de excesos de alcohol y fiestas.
"A través de mucho dolor Dios trabajó a través de mí. Inicié el Rito de Iniciación Cristiana de Adultos y a través de todo eso, dejé de beber, no más fiestas, estaba leyendo la Biblia todo el tiempo y dándome cuenta de que solo quería a Jesús. Él tiene que ser la cura, porque sabía que el mundo no lo era", dijo.
Al ser bautizada al final de su último año, Evetts que sintió la presencia de Cristo, de una manera indescriptible en su corazón. Sintió que Dios la llamaba a una misión en desarrollo que uniría partes aparentemente desconectadas de su vida, incluido su amor por África y su conocimiento del lenguaje de señas.
"Es difícil explicar la presencia real de Cristo que experimenté dentro de mí cuando me bauticé. Y al recibir la Eucaristía, recibirlo en carne y hueso, abandoné todo, fue entonces cuando abrió la puerta y me dijo 'esto es lo que quiero que hagas y esta es la razón'", narró Rannah.
En su escuela secundaria Canyon, ubicada en un pequeño pueblo de Texas (Estados Unidos), las únicas clases que se ofrecían para cumplir con los requisitos de idioma eran español o lenguaje de señas. Evetts dijo que se unió a la clase de lenguaje de señas porque pensaba que era 'genial' y su hermana había tomado la misma clase.
Pero en su último año, y mientras experimentaba una conversión, dijo que Dios comenzó a llamarla al corazón a través de su clase de lenguaje de señas, especialmente cuando completó un proyecto sobre la sordera en Uganda.
Después de graduarse de la escuela secundaria, Evetts, de 19 años, voló a Uganda por primera vez para trabajar durante siete meses en una escuela para sordos establecida en la ciudad capital de Kampala. A través de esa experiencia, conoció a un sacerdote en una aldea en el norte de Uganda, en un área con cientos de niños sordos y sin recursos para ellos.
"Dios me llevó a una escuela para sordos en Kampala. Mi primer día en la escuela también fue el primer día de una chica dos años menor que yo, que nunca había aprendido un lenguaje para expresarse".
"Esto me golpeó duro y nunca me abandonó. El darme cuenta de que ella nunca había leído o escuchado los Evangelios o no le habían contado sobre el amor infinito de Dios hacia ella; estar aislada de la familia y la sociedad, incapaz de expresar emociones, pensamientos, opiniones o perseguir sus sueños en la vida, me entristeció con un anhelo del corazón para ayudar a cambiar esas circunstancias", expresó a través de su sitio web.
Antes de regresar a Estados Unidos, el rector de la escuela le dijo: "Creo que Dios te quiere aquí".
"Gracias a Dios que tenía razón. En septiembre de 2016, el Obispo de Nebbi, Mons. Sanctus Wanok, me ofreció un centro para ser utilizado como internado para sordos. En un día, un sueño lejano mío, que parecía imposible, se convirtió en realidad", sostuvo Rannah.
Finalmente, Rannah reunió los fondos suficientes y se mudó a Uganda a la edad de 21. Su misión, explica, es "levantar, aunque sea un poco, la opresión que se ejerce sobre los sordos".
"Espero verlos persiguiendo sus sueños de convertirse en agricultores, maestros, dueños de negocios y madres y padres. Espero ayudar a guiar a nuestros estudiantes en el camino a la santidad y a Cristo. Sea lo que sea, puede ser todo por la Gloria de Dios", continuó.
En febrero de 2017, la Escuela para Sordos San Francisco de Sales abrió sus puertas por primera vez. San Francisco fue elegido como el patrono porque desarrolló un lenguaje de señas para predicar el Evangelio y enseñar la fe católica a Martin, un hombre sordo.
"No pensé que haría nada con el lenguaje de señas, pero todos los días Dios revela cada vez más por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo".
"Sabía que quería evangelizar, sabía que quería compartir la palabra de Dios con las personas y lo que él hizo en mi vida. ¡Es tan grande lo que hizo por mí, que no puedes no compartir eso con la gente! Soy un converso y estoy en llamas, ¿sabes? Es como, 'no, he estado en el otro lado, ¡créeme!'", concluyó.
Si desea colaborar con la obra emprendida por Rannah, puede hacer un donativo ingresando AQUÍ.
Actualizado el 1 de marzo de 2018 a las 10:32 GMT-5: Se agregaron las declaraciones de Rannah Evetts a CNA.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 17 de febrero de 2018