El clima de guerra en Damasco, Siria, se mantiene con frecuentes ataques contra la comunidad cristiana, así confirma la religiosa portuguesa Irmã Myri, que vive en el monasterio de Santiago Mutilado en Qara.
La religiosa, cuyo nombre de bautismo es María Lucía Ferreira, pertenece a la Congregación de las Monjas de la Unidad de Antioquía y envió un mensaje a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) para Portugal, que informó de la situación dramática aún se vive en Siria.
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Según Irmã Myri, los combates "inciden sobre barrios habitados por cristianos" en Damasco y son el resultado del esfuerzo del ejército sirio para liberar por completo la región de las milicias armadas.
"La situación en la región de Damasco no es muy buena, porque el gobierno ha intentado avanzar sobre las áreas aún bajo el control del ISIS (el autoproclamado Estado Islámico) o de otras milicias", lamentó.
La religiosa explicó que, ante el avance de las fuerzas del gobierno, "los yihadistas lanzan misiles y bombardeos sobre los diversos barrios" en la capital siria, lo que, muchas veces, "provoca mártires".
"Pero, de vez en cuando, hay milagros", subrayó.
De acuerdo a la religiosa, existe un registro de ataques por lo menos en los barrios de Jobar, Al Midan, Jaramana, Dwel'a y Bap tuma.
La situación del pueblo sirio fue también retratada por el Nuncio Apostólico en Damasco, Cardenal María Zenari, en una reciente entrevista concedida al diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, en la que describió un ambiente de guerra y caos en Damasco.
De acuerdo con el Cardenal Zenari, Siria sigue siendo un "campo de batalla", como un "diluvio de fuego", que crea una situación insostenible para la población civil.
"En estos últimos días, hay que estar atento incluso para salir de casa", afirmó, resaltando que "hay realmente mucho miedo" entre las personas, hasta el punto de que muchos padres deciden no mandar más a los niños a la escuela.
Además, lamentó que "las ayudas humanitarias" lleguen sólo "a cuentagotas", pues enfrentan dificultades, ya que "los días pasan bajo las bombas y entre el fuego cruzado".
"La gente sobrevive cocinando sopas hechas con las hojas de los árboles, de las hierbas. Es impresionante. Además de las bombas y los disparos, la gente no tiene qué comer. Las imágenes son terribles. Cerca del 70% de la población siria vive en condiciones de extrema pobreza ", declaró.
Como señala AIN, "estos nuevos combates en la capital de Siria han pasado desapercibidos en la prensa internacional como si el conflicto bélico estuviera ya sanado".
Esta realidad también fue lamentada por el Purpurado, quien aseguró que la derrota del Estado Islámico significó solo la erradicación de parte del problema, pues "todos los que están presentes en el país con banderas, hombres y armas no tienen un acuerdo entre sí".
"Hay una especie de todos contra todos ... ¡No se puede olvidar a Siria! Estamos viviendo un momento muy grave. Los esfuerzos diplomáticos de las Naciones Unidas en la búsqueda de acuerdos deben ser amparados. El mundo no debe olvidar este sufrimiento. Un sufrimiento que afecta, sobre todo, a los civiles y, de modo especial, a los niños ", agregó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en ACI Digital.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 16 de febrero de 2018