El Penitenciario Mayor en el Vaticano, Cardenal Mauro Piacenza, afirmó que este dicasterio, el más antiguo de la Curia Romana, es el "Tribunal de la Misericordia" de la Iglesia.
Así lo indicó el Purpurado en entrevista concedida a ACI Stampa –agencia en italiano del Grupo ACI– en ocasión del simposio "Penitencia y Penitenciaría en el tiempo del jansenismo: Cultura, teología y praxis", realizado en Roma el 15 y 16 de febrero de 2018.
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La idea del evento, explicó el Purpurado, "no es simplemente recordar ideas del pasado lejano, sino dar pistas que interpelen las conciencias de los cristianos de hoy. Creo que los temas tratados podrán contribuir a redescubrir la importancia del sacramento de la Reconciliación para cada uno de nosotros".
El Cardenal explicó en la entrevista que "el jansenismo fue una corriente de pensamiento que surge de la conocida obra Augustinus del obispo holandés Cornelius Jansen", que vivió entre 1585 y 1638, y que era más conocido como Jansenio
"Jansenio sostenía que el hombre está intrínseca e irremediablemente corrompido por el pecado" y que "Dios habría predestinado a toda creatura al infierno o al paraíso; y que Cristo habría muerto solo por los predestinados".
El Cardenal explicó que esa doctrina, "anulando la libertad del hombre y llevando al extremo el rol de la gracia, llevó a una aproximación rigorista en el plano de la moral".
Ante esto, la actitud del Magisterio "fue de frenar el rigorismo jansenista, llevando nuevamente a la misericordia divina y a la paterna bondad de Dios siempre dispuesta al perdón".
"En esa línea de acción se coloca lo que realiza la Penitenciaría Apostólica, siempre fiel a su mandato de ser, en la Iglesia y para la Iglesia, el 'Tribunal de la Misericordia'", precisa el Purpurado italiano.
El Cardenal Piacenza recordó que el Papa Benedicto XIV señalaba que la Penitenciaría "era el lugar donde todos los fieles, de todos los confines de la tierra, podían encontrar reparación a los males espirituales y obtener una rápida medicina para sus heridas, suministrada en secreto y gratuitamente".
En febrero de 2016, el Regente de la Penitenciaría Apostólica, Mons. Krzysztof Nykiel, explicó que este organismo vaticano es "el primero de los tribunales apostólicos, cuya competencia recae exclusivamente en el fuero interno, es decir, en el ámbito íntimo de la relación entre Dios y el pecador".
Además de encargarse de la regulación de la concesión de indulgencias aprobadas por el Papa, la Penitenciaría tiene que ver con los delitos penados con la excomunión reservada a la Sede Apostólica, como la profanación de la Eucaristía, la violación del secreto de confesión o la consagración de un obispo sin mandato pontificio.
En su intervención, el Regente explicó que la Penitenciaría no es "un lugar de detención" ni "una especie de prisión de la Iglesia".
Su fin, dijo, "es el de facilitar a los fieles en el camino de reconciliación con Dios y con la Iglesia, en la conciencia de que la reconciliación, realizada por Cristo y actuada por el Espíritu Santo, ordinariamente pasa a través de la mediación eclesial".