Un sacerdote misionero y experto en la Iglesia Católica en China analiza detalladamente el posible acuerdo que la Santa Sede y el país asiático estarían negociando sobre la designación de obispos.
CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– entrevistó el 9 de febrero al P. Bernardo Cervellera, editor de la agencia de noticias Asia News, un Proyecto del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME) para conocer más sobre este tema que tiene defensores y críticos. Entre estos últimos se encuentra el Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen Ze-kiun.
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El sacerdote italiano explicó que el acuerdo entre el Vaticano y China podría darles mayor libertad a los católicos del país comunista, pero cuestionó al mismo tiempo hasta dónde esto podría llegar, en el marco de un régimen que hasta ahora ha luchado para erradicar la religión de la sociedad.
El presbítero dijo que se si llega a un acuerdo, el Vaticano debe impulsar "una mayor libertad religiosa". "No se puede simplemente liberar a la Iglesia, sino que también tiene que haber más libertad religiosa", precisó.
Asia News cubre muy de cerca lo que ocurre con la Iglesia en China. Recientemente informó que en octubre de 2017 una delegación del Vaticano fue al país asiático para pedir a dos obispos –Mons. Peter Zhuang Jianjian, Obispo de Shantou; y Mons. Joseph Guo Xijin, Obispo de Mindong– que dejaran sus cargos para permitir que dos prelados nombrados por el Gobierno los asuman.
Las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano se rompieron en 1951, dos años después de la llegada al poder de los comunistas que expulsaron a los clérigos extranjeros.
Sin embargo, desde la década de 1980 los nombramientos se dieron de forma mancomunada, aunque el Gobierno no dejó de nombrar obispos sin la aprobación del Vaticano.
El resultado ha sido una cada vez más tensa relación entre la Asociación Patriótica Comunista China (Iglesia "oficial" y leal al Gobierno); y la llamada Iglesia "clandestina", que incluye a obispos legítimos y sacerdotes que permanecen fieles al Papa.
Estos últimos son permanentemente asediados por las autoridades comunistas, llegando incluso a ser encarcelados. Además, el Gobierno también ha destruido varias iglesias.
Sin embargo, como parte del acuerdo que sería "inminente" según algunas fuentes, y que podría concretarse en abril de este año, se espera que el Vaticano reconozca oficialmente a siete obispos que no están en comunión con Roma, incluyendo a dos o tres cuya excomunión ha sido declarada de manera explícita por la Santa Sede.
Según algunas fuentes, el acuerdo sería similar al del Vaticano y Vietnam, en el que la Santa Sede propone tres nombres para que el Gobierno escoja uno.
El P. Cervellera dijo a CNA que el Gobierno chino considera que la religión es una amenaza para la coexistencia social. En su opinión, hacer una concesión para llegar al acuerdo es "probablemente el paso que se necesita para mostrar que la Iglesia no está interesada en derrocar al Gobierno chino".
En referencia a las declaraciones del Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, el P. Cervellera indicó que "este acuerdo no es un acuerdo que vende a la Iglesia", pero sí es cierto que dependiendo de cuántas concesiones haga el Vaticano, sí podría colocar el destino de la Iglesia "completamente en manos del gobierno".
El experto dijo también que en los últimos días el Gobierno ha reforzado las limitaciones referentes a la religión. Recordó que el 1 de febrero se dictaron nuevas normas según las cuales ningún menor de 18 años puede asistir a los servicios religiosos. También se ha prohibido cualquier tipo de actividad con jóvenes, incluso fuera de las iglesias.
El P. Cervellera comentó asimismo que un sacerdote le dijo que el Gobierno "ha convertido a las iglesias en una especie de 'nightclubs' solo para adultos".
Si a los jóvenes se les retira del ámbito religioso, precisó, "prácticamente se condena a las religiones a muerte", y este "fue siempre el proyecto del Partido Comunista Chino, siempre. Así nació la Asociación Patriótica, para controlar la religión y de ese modo vayan muriendo, poco a poco, de sofocamiento".
De otro lado, continuó, un acuerdo con la Santa Sede podría "facilitar la decisión de los candidatos sin problemas, y ayudar con la administración cotidiana de la Iglesia".
Si el Vaticano no insiste en tener más espacios, "tanto la Iglesia oficial como la clandestina seguirán siendo sofocadas, porque lo que falta es libertad religiosa".
El lunes 12 de febrero un grupo de 15 reconocidos católicos chinos, la mayoría de los cuales son de Hong Kong, escribieron una carta abierta a las conferencias episcopales del mundo para expresar su oposición al acuerdo, señalando que el Gobierno comunista no debe participar en la designación de obispos. Además alertaron sobre un posible cisma si el acuerdo se llega a concretar.
Sin embargo, un día antes, el Obispo de la Diócesis de Mindong, Mons. Joseph Guo Xijin –uno de los dos a quienes el Vaticano solicitó dimitir en octubre de 2017– dijo que estaría dispuesto a dejar el cargo para que lo asuma el Obispo Zhan Silu, excomulgado por Roma.
Según el New York Times, Mons. Guo Xijin, que ha sido detenido en numerosas ocasiones por la policía, señaló que respetaría el acuerdo y que si le presentan un documento oficial y verificable del Vaticano solicitando su renuncia, "entonces, tendremos que obedecer la decisión de Roma".
"Nuestra postura es respetar el acuerdo entre la Santa Sede y el Gobierno chino", afirmó el Prelado, e indicó que "la Iglesia Católica en China tiene que tener una conexión con el Vaticano, la conexión no puede cortarse".
El Obispo explicó también que el régimen chino aún duda si darle al Vaticano la posibilidad de regir la vida espiritual, y que si bien no señalan explícitamente que la Iglesia debe "desconectarse" de Roma, esto a veces ha estado implícito.
Mons. Guo Xijing recordó que alguna vez le dijo al Gobierno que "cuando se restringe que las Iglesias en China se contacten con Roma, finalmente uno se abofetea en la propia cara. Necesitamos participar de modo que la voz de China" no se pierda sino que se escuche en la Iglesia universal.
Sin embargo, y pese a distintas restricciones aplicadas por el Gobierno recientemente, el Obispo cree que las autoridades "se están abriendo gradualmente".
En la entrevista concedida a CNA, el P. Cervellera dijo que un acuerdo haría que el proceso de designación de obispos sea más sencillo y podría abrir diversos canales de comunicación entre el Vaticano y el Gobierno.
"Ahora es realmente complicado para el Vaticano hacer que sus necesidades se escuchen en la Iglesia en China" y por eso un acuerdo podría facilitar las cosas, pero "esto no quiere decir que la haga más libre".
Sobre los rumores respecto a que el acuerdo seguiría el modelo de Vietnam, el sacerdote dijo que en este caso "al menos se puede asegurar que los criterios para elegir los candidatos están basados en la fe", porque con la Asociación Patriótica los criterios son básicamente sus intereses.
El experto no cree que el acuerdo se logre para abril: "No digo esto por pesimista, sino porque hay muchos problemas dentro de (la comunidad católica)", incluyendo el hecho que muchos no lo quieren.
En respuesta a quienes señalan que el acuerdo dañaría las relaciones entre el Vaticano y Taiwán, el sacerdote explicó que no sería así porque "si se da, tendremos un acuerdo sobre la designación de obispos. No es un acuerdo de relaciones diplomáticas".
Para este otro tema, refirió, "se necesita más tiempo".
Si la Santa Sede llega a un acuerdo con China, "no creo que sea un problema grande (para Taiwán)" porque "el Vaticano no se puede olvidar de Taiwán ya que siempre ha sido una Iglesia viva".
Un acuerdo entre China y el Vaticano, prosiguió el sacerdote, permitiría una mayor expresión religiosa para hacer frente al materialismo que carece de valores espirituales.
Entonces, subrayó, "para encontrar un camino para dar o promover valores espirituales a la gente, esta es una tarea importante".
Para concluir, el P. Cervellera dijo que "no sé si esto suceda a través de un acuerdo sobre la designación de obispos. Lo espero, pero esta es ciertamente la misión de la Iglesia, de toda la Iglesia universal y la Iglesia universal en relación a China; para hacerlo de modo que el desarrollo chino sea un desarrollo dentro de la dignidad de la persona humana. Espero que la Iglesia sea capaz de hacer (a China) más humana".
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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- ACI Prensa (@aciprensa) 7 de febrero de 2018