El Nuncio Apostólico y Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Bernardito Auza, participó en una reunión informal para debatir el Acuerdo Global para una migración segura, ordenada y regulada.
Mons. Auza ofreció una valoración del primer borrador del Acuerdo Global sobre Migración presentado por la ONU y elaborado por los co-facilitadores Jüg Lauber, Representante Permanente de Suiza, y Juan José Camacho, Representante Permanente de México.
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Sobre el borrador, a partir del cual se desarrollarán los trabajos y debates, Mons. Auza afirmó que "el resultado final será tan bueno como nuestra aportación colectiva y nuestro compromiso con el proceso intergubernamental en el que todos hemos participado desde el año pasado".
En opinión del Representante Permanente de la Santa Sede, este borrador ofrece "una oportunidad para negociar un marco internacional que establezca unas mejores prácticas y normas que permitan una migración, segura, ordenada y regulada".
"El Acuerdo Global tiene como objetivo abordar todas las dimensiones de la migración internacional desde una perspectiva multidisciplinar y completa".
En este sentido, señaló que "el reconocimiento de que los Estados mantienen sus respectivos derechos soberanos de controlar sus fronteras y que, al mismo tiempo, tienen la responsabilidad de respetar y proteger los derechos humanos de todos permanecerá entre los principios básicos del Acuerdo Global".
Estos dos aspectos del Acuerdo Global "no son obligaciones y responsabilidades contrapuestas, sino complementarias, proporcionando así el necesario equilibrio".
Sobre la integración de los migrantes, Mons. Auza señaló que se trata de "un proceso bidireccional que implica derechos y deberes recíproco. Aquellas personas que acogen están llamadas a promover el desarrollo humano integral de aquellos que son acogidos, mientras que estos deben ajustarse a las leyes del país que les ofrece hospitalidad".
Además, reveló que el Papa Francisco "confía en que este proceso conduzca a resultados que respondan de forma apropiada al crecimiento de una comunidad mundial cada vez más independiente y, como consecuencia, con una creciente necesidad de solidaridad y de asistencia mutua".
"Este proceso tendrá éxito si se basa en dos virtudes: la prudencia y la generosidad", aseguró.
En la reunión, los co-facilitadores explicaron que el acuerdo tiene una influencia significativa de la reunión de balance que tuvo lugar en Puerto Vallarta durante la Fase II del proceso intergubernamental.
En el borrador, los co-facilitadores subrayaron que el proyecto refleja las intervenciones de los Estados Miembro realizadas durante dicha Fase II, logrando un equilibrio entre todos los puntos de vista.
El borrador ha tratado de reflejar una serie de puntos comunes que permitan el consenso entre todos los Estados Miembro. En este sentido, busca abordar desde un punto de vista multidisciplinar, teniendo en cuenta todos los ángulos, desafíos y preocupaciones posibles.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 10 de febrero de 2018
