El Obispo de Chilpancingo-Chilapa (México), Mons. Salvador Rangel, reveló que hace dos años salvó a un sacerdote de ser ejecutado por grupos criminales en el estado de Guerrero, uno de los más violentos del país.
En entrevista concedida a Milenio Televisión el 7 de febrero, tras el reciente asesinato de dos sacerdotes, el Prelado relató que ha dialogado en el pasado con los líderes de los grupos narcotraficantes.
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"Yo he hablado con ellos justamente cuando han amenazado a los sacerdotes. Hace dos años decretaron la muerte de uno de ellos. Lo que hice un domingo fue ir con una monjita a la montaña para dialogar con el jefe de estos señores. Gracias a Dios logramos entendernos y me dijeron que no ejecutarían al padre".
El Obispo explicó también que en ocasiones los grupos criminales "han mandado anónimos a los sacerdotes o les piden abiertamente que no continúen" su labor pastoral. Por ello, "cuando he tenido la oportunidad de hablar con ellos para que dejen en paz a los sacerdotes, lo he hecho".
El Prelado concedió la entrevista luego del asesinato de los sacerdotes Iván Añorve Jaimes, párroco de la Sagrada Familia en Las Vigas, municipio de San Marcos; y Germain Muñiz García, párroco de Mezcala; quienes murieron tras ser atacados por desconocidos en el municipio de Taxco.
En el diálogo con Milenio Televisión, el Obispo de Chilpancingo-Chilapa rechazó las afirmaciones de la Fiscalía de Guerrero respecto a presuntos vínculos de los sacerdotes con los grupos criminales.
Mons. Rangel dijo luego que las autoridades "nos tienen que explicar por qué el asesinato de dos sacerdotes. Son seres humanos, personas de Iglesia y los quieren embarrar. Se me hace muy extraño las aseveraciones que ha hecho la Fiscalía en ese sentido".
El Obispo precisó que uno de los sacerdotes fallecidos sí se había tomado una fotografía portando un arma, en compañía de miembros de los grupos criminales, pero indicó que eso no significaba que hiciera parte de ellos.
"Yo quiero aclarar que el Padre que fue asesinado, Germain Muñiz, era párroco de una comunidad de Mezcala donde hay una mina de oro y continuamente se topaba con esta gente del crimen organizado. Los tenía que saludar y convivir con ellos, pero de ninguna manera estaba coludido con el narcotráfico. Como Obispo de ninguna manera acepto esa explicación", dijo el Prelado.
Sobre la fotografía, Mons. Rangel subrayó que la "tomaron hace un año y ya la habían publicado antes. Eso fue una gran imprudencia del Padre Germaín. Pero él no andaba con ellos".
Para concluir, el Obispo de Chilpancingo-Chilapa exhortó a las autoridades a que "se califiquen bien las cosas y no echen lodo a los sacerdotes y la Iglesia".
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- ACI Prensa (@aciprensa) 5 de febrero de 2018