El lunes 22 de enero, de regreso a Roma tras la visita apostólica a Chile y Perú, el Papa Francisco aseguró que "me vine contento, no esperaba tanta gente en la calle", y que "Chile fue muy gratificante y muy fuerte".
"La espontaneidad de la expresión chilena fue muy fuerte. Incluso en Iquique, que yo pensé que iba a ser una cosa muy poquita porque Iquique es desierto y ustedes vieron lo que fue la gente. En el sur lo mismo. Y en Santiago, las calles de Santiago hablaban por sí mismas", agregó el Santo Padre en la rueda de prensa que concedió en el avión papal.
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Por su parte, el pasado 19 de enero la Comisión Nacional Visita Papa Francisco a Chile detalló que aproximadamente 1.600.000 personas participaron tanto en las actividades masivas, como en las calles, a donde salieron para saludar al Pontífice en Santiago, Temuco e Iquique.
"Estamos muy contentos, muy satisfechos. Siempre expresamos una gratitud porque fuera Chile uno de los países elegidos por el Papa para ser visitados y creo que después de tres días, esa gratitud se multiplica viendo cómo resultó esta visita y la tarea enorme que nos deja para el futuro como país y como Iglesia", dijo Javier Peralta, director ejecutivo de la comisión.
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECH), Mons. Santiago Silva, destacó que durante la visita el Papa se mostró "absolutamente preocupado por los mundos vulnerables, aquellas personas descartadas".
El Papa Francisco saludó a mujeres encarceladas, gente empobrecida del Hogar de Cristo, víctimas de abusos sexual y de la dictadura militar entre los años 1973 y 1990, indígenas, enfermos, entre otros.
"Hubo una pluralidad de expresiones en relación con estos mundos vulnerables que tenían que ver con dos cosas principalmente: con un contacto personal con esos grupos pequeños y luego, con un acto simbólico, con un acto que es señal, que es signo", agregó.
El presidente de la CECH se refirió a un tema que intentó opacar la visita papal y que recibió amplia cobertura por parte de los medios de comunicación.
Se refirió al Obispo de Osorno, Mons. Juan Barros, a quien algunos acusan de encubrir los abusos de Fernando Karadima, el sacerdote hallado culpable por la Congregación para la Doctrina de la Fe en febrero de 2011.
"Es un dolor grande lo que ha pasado y pasa en la Iglesia con los abusos de menores. Eso no puede ser de ningún modo. La tolerancia debe ser cero, tal como lo venimos practicando hace algunos años a través de la comisión de prevención de abusos de menores", explicó Mons. Silva.
El Obispo de Osorno se ha declarado siempre inocente. En ese sentido, Mons. Silva concordó con el Santo Padre en que "existe una presunción básica en la justicia que es el derecho a la inocencia", por lo que "uno es inocente hasta que no se pruebe lo contrario".
El Presidente de la CECH dijo que debe continuar el diálogo para buscar "juntos el bien del pueblo de Dios. La comunión en la Iglesia exige este diálogo".
El Obispo manifestó que "la paz", tema central de esta visita apostólica, se logra con condiciones económicas, sociales y relaciones interpersonales.
"El Papa nos vino a traer a Cristo, él es el Vicario de Cristo, el mensaje no es él. Y cuando ponemos los temas en cosas periféricas y no fijamos la mirada en Jesucristo, la visita del Papa, uno dice, bueno esto no fue lo que queríamos", sostuvo.
Mons. Silva insistió en que las personas que participaron "se encontraron con Jesucristo" y esto "habla de una fe bastante manifiesta, no en el Papa, sino en aquello que él representa: en Cristo, en un Cristo que nos viene a traer una paz y felicidad que todos anhelamos".
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El #PapaFrancisco se disculpa con víctimas de abuso por palabra que usó sobre #ObispoBarros #FranciscoEnChile #ModoPapa https://t.co/kmQ9qsdidi
- ACI Prensa (@aciprensa) 22 de enero de 2018