Los Obispos del Sur de España se reunieron los días 16 y 17 de enero en la diócesis de Guadix en la ciudad de Granada (España) en donde hablaron, entre otros asuntos, sobre la ley LGTB de Andalucía recientemente implantada y manifestaron su respeto por todas las personas sin importar su orientación sexual, pero también expresaron su preocupación por los postulados de esta ley que calificaron como "peligrosos".
Por eso los Obispos ofrecieron una serie de consideraciones al respecto para que "ilumine y ayude a la reflexión social".
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Además invitaron a toda la sociedad, pero en especial al pueblo cristiano a "no permanecer pasivo ante el peligro que suponen los postulados de esta ley para la libertad religiosa, la educación y el pensamiento".
Durante la reunión de la Asamblea de los Obispos del Sur de España, explicaron que "como cristianos y como responsables de nuestras comunidades, nos surgen muchos interrogantes y nos preocupa que no se alcance el fin de buscar la igualdad y el respeto de todas las personas".
Por eso aseguraron en un comunicado que es su "deber y responsabilidad pastoral ofrecer una palabra que ilumine a nuestros fieles y ayude a la reflexión social siempre necesaria".
Los Obispos del Sur de España calificaron como "preocupante que esta ley pueda dar lugar a la imposición a todos los ciudadanos andaluces de una ideologizada visión concreta del hombre".
Aunque aparentemente "persigue un fin bueno, como es el respeto a todas las personas independientemente de su condición y tendencia sexual, sin embargo, en el fondo asume todo el entramado lingüístico de la ideología de género, que pretende eliminar los conceptos de varón y mujer, separando la identidad de la corporalidad, intentando así deconstruir el cuerpo humano, el matrimonio y la familia".
En ese sentido, los Obispos aseguraron que esta ley "excede con mucho su objetivo de combatir la discriminación".
Aseguran que "no es justo que, en nombre del bien común, se imponga una antropología y una determinada visión moral, que es de hecho una amenaza para la vida familiar, la educación y el ejercicio de la medicina".
De esta manera aseguran que se trata de una ley que "compromete la libertad de pensamiento, la libertad de conciencia, la libertad de educación y enseñanza, y la libertad religiosa".
Porque, según explican, "la misión de la ley es hacer crecer la justicia y no imponer legalmente una determinada idea moral, ya que cuando un Estado quiere imponer una ideología cae en la injusticia y promueve el totalitarismo del pensamiento único".
"Consideramos que no son equiparables realidades tan distintas como la homosexualidad, los estados intersexuales y la transexualidad, pues cada uno de estos estados requiere una consideración y una atención diferente", aseguran en su comunicado.
Además insisten en que "suscita preocupación ver que una ley quiera abordar el tratamiento médico defendiendo una medicina que responda exclusivamente al deseo subjetivo del paciente", por lo que "no existe propiamente un derecho a un tratamiento concreto, pues este puede estar contraindicado y ser perjudicial según el caso del que se trate".
"Lo que debe existir, más bien, es el derecho a ser tratado adecuadamente. Ninguna institución tiene el derecho a imponer un tratamiento médico por razones ideológicas", subrayan.
Los Obispos aseguran que no pueden estar "ajenos al reto antropológico" que plantea la ideología de género "que impregna esta ley aprobada por el Parlamento Andaluz".
Por eso, recuerdan que "el ser humano ha sido creado por Dios como varón y mujer, acreditando que esa dualidad pertenece a la esencia misma de la naturaleza humana".
"El ser sexuado de la persona humana es constitutivo de su ser y no es posible sustituir lo que biológica y constitutivamente se es por lo que libremente se decide ser, por aquello que se construye cultural y socialmente. Ni la conciencia, ni la voluntad, individual o colectiva, crean o determinan lo que somos", apuntan.
Además subrayan que "la persona humana existe como varón y mujer, lo que significa que ha sido creada para vivir en comunidad" y "la diversidad sexual conlleva la complementariedad que hace posible la vida matrimonial y familiar sólida, permanente en el tiempo, compuesta por un padre, una madre y unos hijos".
Los Obispos también recuerdan algunas palabras del Papa Francisco en relación con los postulados de la ideología de género, genéricamente llamada gender, "niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer."
En ese sentido, los Obispos recuerdan que esta ley "obliga a personas e instituciones a asumir y colaborar con la ideología de género en los diversos ámbitos de lo social, en la sanidad, en la educación, en el ocio, en el deporte y en la familia, sin posibilidad de discrepar ni de plantear la objeción de conciencia".
Una ley que lleva consigo "confusión" y por eso, "la Iglesia, en cuanto que es parte de la sociedad civil, tiene la responsabilidad de promover la vida de la familia, y no puede callar ante la posible conculcación de la conciencia de los ciudadanos, y especialmente de los católicos".
Una ley que vulnera de manera especial "la conciencia de los padres, primeros responsables de la educación de sus hijos, pero también la de muchos funcionarios y la de otras personas que se dedican a la sanidad o a la educación".
Los Obispos recuerdan que "todas las personas, sea cual sea su orientación sexual, merecen respeto y es justo evitar discriminaciones; pero esto no puede dar lugar a la promoción e imposición de ideas defendidas por la ideología de género".
Por eso los Prelados hacen una invitación a todos los ciudadanos y en especial al pueblo cristiano "a no permanecer pasivos ante el peligro que suponen los postulados de la mencionada ley para la libertad religiosa, de educación y de pensamiento".
Y concluyen el comunicado "proclamando con gozo y esperanza que en el corazón de Dios todos tenemos un lugar".
"Él nos ama a todos sin discriminación y quiere nuestra felicidad. Dios nos muestra continuamente el Camino en su Hijo Jesucristo, y la Iglesia no tiene otra finalidad que señalar al hombre de hoy y de todos los tiempos ese Camino que nos lleva a Dios y amar a todas las personas", aseguran.
Esta asamblea de los Obispos del Sur de España comprende las Diócesis de Sevilla, Granada, Almería, Cádiz-Ceuta, córdoba, Guadix, Huelva, Jaén, Jerez y Málaga.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 16 de septiembre de 2017