Durante su visita al norte de Perú, el 20 de enero, el Papa Francisco visitará y dará su bendición a alrededor de 2.000 damnificados de los desastres naturales que sufrió el país hace un año.
Así lo aseguró a ACI Prensa Jorge Odicio, parte del equipo de Cáritas Trujillo que trabaja para llevar ayuda a los damnificados por el fenómeno de El Niño Costero, que golpeó la costa peruana en los primeros meses de 2017.
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"Tenemos planeado aproximadamente unas dos mil personas, damnificados", dijo. El encuentro se realizará durante el paso del Santo Padre por el balneario de Buenos Aires, en Trujillo, en el norte de Perú.
Entre diciembre de 2016 y mayo de 2017 la costa peruana fue golpeada por el fenómeno natural conocido como "El Niño Costero". Lluvias e inundaciones afectaron diversas localidades, principalmente en el norte del país.
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) estimó en más de 150 los fallecidos por los desastres naturales, mientras que el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI), a mediados de mayo de 2017, estimó en cerca de 200 mil las personas damnificadas en todo el país.
Solo en el departamento de La Libertad, donde se encuentra Trujillo, más de 35 mil personas resultaron damnificadas por El Niño Costero.
El P. José Hipólito Purizaca, vicecoordinador de la visita papal en Trujillo y
Secretario general de Cáritas, lamentó las "devastadoras" consecuencias de los desastres naturales.
Entrevistado por ACI Prensa en el balneario de Buenos Aires, recordó que en ese lugar "se sufrió mucho, porque aquí desembocaron las quebradas" y "gran cantidad de agua, de lodo, de piedras, de basura llegó hasta este lugar".
Una estructura de roca de alrededor de dos metros, erigida desde años atrás por las autoridades para proteger las casas de las olas del mar, empeoró el drama de los vecinos, pues el agua y el lodo que llegó desde las quebradas no encontró punto de escape.
"Eso hizo que todo este lugar se inunde y sufrieron mucho las personas", señaló el sacerdote.
El P. Purizaca destacó que "el Santo Padre, a través de ese espíritu de cercanía que tiene con esas personas, quiere estar con las personas, con los fieles, con la gente que ha sufrido las consecuencias del fenómeno de El Niño".
Pero no solamente con los damnificados de Buenos Aires, precisó el sacerdote, sino que "van a venir delegaciones de muchos lugares del país".
El sacerdote destacó además el papel de la Iglesia, que asistió a los damnificados de los desastres naturales desde el inicio, "ayudando a comedores populares, implementando también casas prefabricadas".
"Estamos haciendo este esfuerzo por acompañar no solo espiritualmente sino materialmente", destacó. Y las personas beneficiadas por esta ayuda lo reconocen, añadió.
Dionisia, de 63 años, agradeció a "Cáritas de Trujillo, a la Iglesia Católica", por la ayuda que les han brindado.
"Gracias a Cáritas que nos dio nuestras casitas", dijo, pues con el paso de las semanas desde que las inundaciones destruyeron sus viviendas, las carpas que les entregó INDECI "se deterioraron".
La anciana no puede evitar cuestionarse "¿cómo estuviéramos hasta ahorita?", casi un año después de las inundaciones, si no fuera por las casas prefabricadas donadas por Cáritas.
Similar es el caos de Néstor, de 38 años, que tenía un pequeño negocio de pintura de autos, antes de que las inundaciones se llevaran todo.
"Cuando viene el huaico nos derrumba todas las paredes e incluso me tapa las herramientas. El agua viene y se empoza acá y caen las paredes", recordó.
El agua, dijo, "nos daba por el ombligo".
Destacó que Cáritas y la Iglesia "nos han apoyado bastante, porque nosotros estábamos viviendo en carpas, que para las familias que tienen niños pequeños era realmente un caos".
Por su parte, Germán, de 43 años, recordó que "no habíamos pasado nunca esa experiencia" de inundaciones como las que golpearon el norte peruano, y "pensábamos que probablemente (el agua) venga, pero no con la inmensidad que vino".
"Nuestras casitas, como eran de adobe, todas comenzaron a caer, lamentablemente con nuestras cosas dentro", señaló.
El P. Purizaca destacó que entre las personas damnificadas "hay mucha ilusión" por ver al Papa Francisco.
"La pobreza y la falta de recursos económicos no son un impedimento para que ellos vengan", destacó, pues "ellos mismos desde ahora se están preparando, sabiendo que el Papa les viene a visitar".
"No solo lo ven como una oportunidad, sino sobre todo es el momento en el que van a sentirse fortalecidos", aseguró.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 17 de enero de 2018