El Cardenal Gualtiero Bassetti, Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), afirmó que los esclavos modernos son aquellas personas que realizan el trabajo precario, y reflexionó sobre la importancia del mundo laboral en la vida del ser humano.
En su intervención el 11 de enero en Milán, durante el congreso titulado "El trabajo: dimensión humana y dimensión espiritual", el también Arzobispo de Perugia dijo que "quienes hacen el trabajo precario son los modernos esclavos de las sociedades ricas".
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"Están obligados a vivir en un estado de perenne alienación, en los márgenes de la sociedad, perdiendo la alegría de vivir y la esperanza en el futuro. Es necesario salir de esta situación injusta e inicua".
Según informa el diario Avvenire de los obispos italianos, el Purpurado recordó una anécdota de una oportunidad en la que visitó Sicilia: "me acerqué a una ventana del palacio episcopal y vi una plaza llena de muchachos en la mañana. Le pregunté al obispo si eso era una fiesta y me dijo con tono amargo que: 'son todos nuestros muchachos que no logran tener un trabajo y que pasan el día en las gradas'".
El Cardenal dijo que ante este tipo de situaciones es necesario "defender el trabajo de la deshumanización, defender el trabajo de una economía que mata".
"A la financiarización de la economía y de la cultura del descarte es necesario contraponerle una humanización de la economía que defienda la vida y que tienda a incluir a todos los hombres y mujeres".
"El trabajo –prosiguió– es una misión que Dios ha confiado al hombre, no es solo un argumento de reflexión intelectual sino que, antes que nada, es un asunto de gran actualidad".
El Cardenal Bassetti dijo también que "el trabajo es solo una parte de la jornada del hombre. El resto debe dedicarse al tiempo libre, a la familia, los hijos, al voluntariado, a la oración. Este es un punto decisivo".
En este marco, continuó el Presidente de la CEI, "para un creyente el domingo es el día del Señor, es la Pascua que se espera y nos da esperanza. Al final es la celebración eucarística la que hace cristiana esta jornada. Pero sucede que una parte del pueblo cristiano no puede ir nunca a Misa el domingo porque trabaja todo el día".
Para concluir, el Cardenal recordó unas palabras de un sacerdote de su arquidiócesis que suele decir que "el trabajo es el pan y el pan es vida. Si se corta el trabajo, se corta la vida".
"Hago mío este pensamiento que considero una síntesis extraordinaria del Evangelio", concluyó.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 1 de mayo de 2017