Antes de rezar el Ángelus del domingo, el Papa Francisco explicó de nuevo qué significa el Adviento y afirmó que es un tiempo propicio para cambiar de actitud.
"Es un tiempo para reconocer los vacíos que necesitan ser llenados en nuestra vida, para suavizar la aspereza del orgullo y hacer espacio a Jesús que viene", dijo al comenzar.
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Francisco señaló que, por ejemplo, "un vacío en nuestra vida puede ser el hecho de que no oramos o rezamos poco". "El Adviento –dijo entonces– es el momento favorable para orar con más intensidad, para reservar a la vida espiritual el lugar importante que le espera".
"Otro vacío podría ser la falta de caridad hacia el prójimo, sobre todo hacia las personas más necesitadas de ayuda no solo material, sino también espiritual", porque "estamos llamados a estar más atentos a las necesidades de los otros, a ser más cercanos".
Francisco puso el ejemplo de Juan Bautista y aseguró que "los montes y las colinas que deben ser bajados son el orgullo, la soberbia y la prepotencia", y exhortó a asumir "actitudes de mansedumbre y de humildad para preparar la venida de nuestro Salvador, que es manso y humilde de corazón".
El Papa puso otro ejemplo: "Cuando viene alguien querido a visitarnos a casa, predisponemos todo con cuidado y felicidad. Del mismo modo queremos predisponernos para la venida del Señor: atenderlo cada día con solicitud, para ser colmados de su gracia cuando venga".
"El Salvador que esperamos es capaz de transformar nuestra vida con la fuerza del Espíritu Santo, con la fuerza del amor", concluyó.