Un panel reunido en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) analizó recientemente las secuelas de la ocupación del Estado Islámico (ISIS) en la llanura Nínive, en Irak, y destacó que los cristianos deben ser considerados parte de la solución para llevar la paz y los derechos humanos.
El Arzobispo Caldeo de Erbil en Irak, Mons. Bashar Warda, señaló en el evento desarrollado el 30 de noviembre, que los cristianos en particular son un "socio clave para el futuro del pluralismo en Irak" y debería considerarse "parte de la solución, no parte del problema, en términos de llevar la paz y los derechos humanos" al país.
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Por su parte, el Caballero Supremo de los Caballeros de Colón, Carl Anderson, agregó que "durante la ocupación de Nínive por parte de ISIS, incluso cuando buscaba eliminar por completo a las minorías religiosas, muchas personas de la población mayoritaria también fueron víctimas".
"Sin minorías, los derechos a menudo desaparecen para todos", continuó Anderson, según un comunicado de prensa.
El panel fue organizado en un esfuerzo conjunto por la Misión de la Santa Sede a las Naciones Unidas y los Caballeros de Colón, así como a la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB).
El evento tuvo lugar en la sede de la ONU y se tituló "Preservando el pluralismo y la diversidad en la región de Nínive". También formó parte de la iniciativa global de la USCCB llamada "Solidaridad en el sufrimiento: una semana de conciencia y educación para cristianos perseguidos".
Entre los panelistas se encontraban el Caballero Supremo, Carl Anderson; el director de divulgación y evangelización de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Edward Clancy; el Arzobispo Caldeo de Erbil en Irak, Mons. Bashar Warda; el Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, Mons. Bernardito Auza; y el P. Salar Kajo, párroco de la región del Nínive.
Los panelistas enfatizaron que el pluralismo y el florecimiento de la diversidad son actores cruciales para el futuro exitoso de Irak, con un énfasis particular en las minorías locales.
La llanura de Nínive, un territorio entre la ciudad de Mosul y el Kurdistán iraquí, fue tomada por el Estado Islámico en 2014, obligando a decenas de miles de personas a exiliarse y desplazarse. Dos años más tarde, las fuerzas iraquíes liberaron la región, que era conocida por tener una gran población cristiana.
La situación en la llanura de Nínive sigue siendo incierta, ya que muchas familias, grupos religiosos y minorías están dudando si regresar o no a sus hogares. En medio de este delicado momento, el panel de la ONU expresó que el respeto y la colaboración con las minorías son de vital importancia.
Con ese fin, se ha creado el Comité de reconstrucción de Nínive, en el que las tres principales comunidades cristianas de la región colaboran para trabajar de manera más efectiva. Estas comunidades incluyen a las Iglesias Caldeo Católica, Siria Católica y Siria Ortodoxa.
Mons. Auza señaló que la Santa Sede desplegará esfuerzos para garantizar que los cristianos "puedan regresar a sus lugares de origen y vivir con dignidad y seguridad con los marcos sociales, políticos y económicos básicos necesarios para garantizar la cohesión de la comunidad".
"Daesh (ISIS) intentó eliminar el pluralismo y la diversidad de la llanura de Nínive. Por lo tanto, la única manera de asegurarse de que Daesh no pueda reclamar la victoria es restaurar urgentemente el pluralismo y la diversidad en la región", concluyó Mons. Auza.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 5 de diciembre de 2017