Con su llegada este lunes 27 de noviembre al aeropuerto internacional de Rangún, Myanmar, el Papa Francisco comenzó un viaje apostólico que le llevará también a Bangladesh del 30 de noviembre al 2 de diciembre.

Allí, le espera una pequeña comunidad católica con una fe fuerte, pero acosada por el creciente extremismo islámico.

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Bangladesh tiene una población de más de 150 millones de habitantes en un territorio muy pequeño. El 89% de la población es musulmana suní. Además, hay pequeñas comunidades budistas, hindúes y cristianas.

La comunidad cristiana ha crecido en los últimos años gracias, en gran parte, a las conversiones de musulmanes, la mayoría a iglesias protestantes. Sin embargo, no existen datos oficiales ya que los conversos deben mantenerse en la clandestinidad y seguir aparentando ser musulmanes.

El Informe de Libertad Religiosa 2017 de Ayuda a la Iglesia Necesitada explica que, si bien históricamente Bangladesh ha sido un país mayoritariamente musulmán en el que la gente practicaba un islam moderado, en los últimos años esta situación ha cambiado como resultado del auge de grupos extremistas.

El informe señala que en los últimos 18 meses se han registrado 48 asesinatos, 28 de los cuales fueron reivindicados por Al Qaeda y Estado Islámico. Algunos cristianos, al igual que fieles de otras religiones, se han visto obligados a abandonar el país debido a las presiones de la mayoría islámica.

En un reciente video difundido en redes sociales por la agencia AFP se recogen testimonios de cristianos que han sufrido estas persecuciones.

 

 

Bidhan Kamol Rosario, cristiano de Bangladesh, afirma con orgullo que "nosotros somos cristianos". Señala que las autoridades les persiguen por comulgar con el vino con la justificación de que el islam prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas.

"El vino es la santa sangre en nuestra religión. Si lo bebemos y salimos, las fuerzas de seguridad nos lo hacen pasar mal. Nos dicen: '¡Eh, tú! ¡Ven aquí!'. Entonces huelen nuestro aliento y nos preguntan si hemos bebido vino. Si decimos que sí, nos llevan a la comisaría de policía y nos piden que los sobornemos. Pueden pedirnos entre 50.000 taka (612 dólares) y 100.000 taka (1.225 dólares)".

El P. Jayanta Gomes, sacerdote diocesano, muestra su esperanza en que la presencia del Papa ayude a los cristianos del país, pero también para los refugiados "rohingya", que huyen de la persecución que sufren en Myanmar.

"Creo firmemente que la visita del Papa Francisco será muy significativa para todos los bangladesíes. En especial, creemos que hablará sobre el desplazamiento de la comunidad rohingya. No esperamos otra cosa que deseos de paz y armonía".

Entre los actos que el Papa Francisco presidirá en Bangladesh destacan la celebración de la Santa Misa y la ordenación sacerdotal del viernes 1 de diciembre, y el encuentro con sacerdotes, religiosos, consagrados, seminaristas y novicias el sábado 2.

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