El Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), Mons. Manuel Clemente, defendió el celibato y rechazó la posibilidad de que este sea abandonado o relativizado, después de que el Padre Giselo Andrade, párroco del Monte en la Diócesis de Funchal, asumiera la paternidad de una niña nacida en agosto.
"Hay que verificar con el sacerdote cuál es la situación, cuál es la disposición, con certeza también las responsabilidades que tiene que asumir en relación a la niña", declaró Mons. Clemente durante la rueda de prensa al concluir la Asamblea Plenaria de los Obispos Portugueses, el jueves 16 de noviembre.
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Mons. Clemente señaló que casos como este deben ser tratados directamente con el "respectivo obispo" y reforzó la posición tomada por la Diócesis de Funchal, que admitió que el sacerdote puede continuar con su ministerio, "en la fidelidad al celibato, sin vida doble".
"La Iglesia es un espacio de misericordia y Dios perdona todo, más no puede admitir una vida doble", agregó.
Además, la diócesis informó que acompaña "la situación, en el respeto por la delicadeza del caso, de la dignidad de las personas y de las consecuencias que las mismas tienen en la propia parroquia y en las demás comunidades cristianas".
Ahora "corresponderá al propio sacerdote, discernir en diálogo con el Obispo, si pretende continuar el ejercicio del ministerio sacerdotal según las exigencias y normas de la Iglesia, o, si pretende abrazar otra vocación".
Según indica la agencia católica Ecclesia, Mons. Manuel Clemente explicó que situaciones semejantes ocurren en el matrimonio.
De acuerdo con él, también en esos casos de "infidelidad", las "responsabilidades tienen que ser asumidas" pero la continuación de la vida sacerdotal o conyugal prosigue cuando hay "voluntad de arrepentirse y hacer las cosas con más conciencia y responsabilidad".
"La niña sabe y sabrá quién es su padre", señaló Mons. Clemente, pidiendo respeto por todas las personas involucradas, particularmente "en el interés de los propios niños", también del "punto de vista mediático".
"El sacerdote es una señal viva de lo que era la vida de Cristo, que escogió no formar familia para ser familiar de todos", declaró.
En este sentido, rechazó la posibilidad de abandonar o relativizar la "apología del celibato", asumido "como ideal y como práctica".
Traducido y adaptado por Liliana Montes. Publicado originalmente en ACI Digital.