Los sacerdotes deben mantener el pacto vitalicio del matrimonio como "un mensaje de liberación, incluso cuando es difícil", señaló el Arzobispo de Filadelfia, Mons. Charles J. Chaput, en un reciente encuentro con presbíteros filipinos-estadounidenses.
El Prelado indicó que las palabras de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio "no pueden suavizarse, ni reinterpretarse, ni contextualizarse", y afirmó que "el matrimonio cristiano nunca es simplemente un 'ideal'. Describirlo como un 'ideal' tiende a abrir la puerta a la excusa y luego a la normalización del fracaso".
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"Para los cristianos, la intimidad sexual fuera de un matrimonio válido nunca puede ser moralmente legítima. Y es la Iglesia la que determina qué es un matrimonio sacramental válido", señaló el pasado 8 de noviembre durante la Asamblea Nacional de Sacerdotes Filipinos en Estados Unidos celebrada en Houston.
La reflexión del Arzobispo de Filadelfia se centró en la exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia, del Papa Francisco, la cual "tiene pasajes de gran sabiduría y belleza sobre el matrimonio y la vida familiar". También "tiene otros pasajes que han causado alguna controversia obvia" y "la controversia ha oscurecido mucho de lo bueno en el documento", señaló.
En ese sentido, Mons. Chaput dijo que la exhortación debería abordarse con corazones abiertos y un pensamiento claro; e hizo hincapié en sus "bellos pasajes" sobre los ancianos, los pobres, los migrantes, las personas con necesidades especiales, la importancia de los niños y la apertura a una nueva vida.
También destacó la riqueza del cuarto capítulo de la exhortación, sobre el amor y el matrimonio.
El Arzobispo recordó su papel como delegado para el sínodo, su papel como secretario de un grupo de trabajo de habla inglesa y su participación en el consejo permanente del sínodo.
Mons. Chaput se refirió a las preocupaciones generalizadas sobre una nota al pie en el Capítulo 8 de Amoris Laetitia, que aborda la recepción de los sacramentos por parte de aquellas personas en relaciones maritales irregulares. Estas preocupaciones se han expresado en público, "pero aún más urgentemente y comúnmente en privado".
"Los críticos ven en el texto una preferencia por la ambigüedad sobre la enseñanza clara y un resentimiento hacia los defensores de la enseñanza tradicional de la Iglesia que parece estar en desacuerdo con el resto del documento", dijo.
En opinión de Mons. Chaput, al menos algunos de estos críticos son personas de "fidelidad y sustancia" y, en su opinión, sus preocupaciones no pueden ser descartadas. La confusión es "lamentable", dado que el objetivo del Capítulo 8 de la exhortación era proporcionar un "alcance misericordioso" a quienes se encuentran en situaciones matrimoniales irregulares.
Sin embargo, dijo Mons. Chaput, donde existe confusión acerca de un texto papal, debe interpretarse de manera consistente con el magisterio de los Papas anteriores.
El Arzobispo también reflexionó sobre la situación de los sacerdotes estadounidenses. Señaló que cientos de presbíteros que conoce saben que su feligresía realmente no conoce su fe, no entiende los sacramentos, no catequiza a sus hijos y no sabe lo que es una conciencia católica debidamente formada.
"Pobremente formadas, las conciencias inmaduras están entre los mayores desafíos pastorales que enfrenta la Iglesia. Esto es lo que hace que la delegación de decisiones sobre la nulidad o validez de un primer matrimonio al foro interno sea una cuestión de verdadera preocupación", señaló, refiriéndose a una propuesta de discernimiento pastoral sobre el matrimonio de una persona y el acceso a los sacramentos.
El Arzobispo recordó que la verdad sostiene la misericordia, y la misericordia nunca puede excluir "un razonamiento moral cuidadoso sobre el bien y el mal". Establecer la misericordia contra otras virtudes simplemente lo convierte en "una fuente de confusión", advirtió.
En ese sentido, Mons. Chaput indicó que Amoris laetitia "depende profundamente del celo y la sensibilidad del sacerdote".
"En otras palabras, la vocación que tienen, hermanos, nunca ha sido más vital para la vida familiar de lo que es ahora", dijo el Arzobispo de Filadelfia.
Cuando los matrimonios fracasan, las parejas necesitan apoyo. "Pero si la gracia es real, y la palabra de Dios es verdadera, entonces la alegría de un matrimonio permanente es posible para cualquier persona llamada a la vocación", dijo el Prelado, que llamó a los sacerdotes a defender la permanencia del vínculo matrimonial "donde y cuando sea razonablemente posible".
A pesar de muchas tendencias culturales, Dios simplemente pide a los sacerdotes que sean fieles, que hablen y vivan la verdad en medio de la confusión, que sean pacificadores en medio del conflicto, que sean fuentes de esperanza y que sean "la presencia del amor de Dios en el mundo".
"No hay mayor misión de misericordia que eso, y no hay mayor alegría en la vida de un sacerdote", dijo Mons. Chaput.
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en CNA.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 21 de octubre de 2015