"Esto nunca estuvo en mi lista de deseos", afirma Barronelle Stutzman, una florista en Estados Unidos que por oponerse a brindar sus servicios a un "matrimonio" gay, hoy enfrenta amenazas de muerte y una millonaria multa que podría arruinarla económicamente.
Barronelle, de 72 años, es dueña de la floristería Arlene's Flowers en Richland, Washington, y actualmente está envuelta en una demanda que involucra a uno de sus clientes de casi 10 años, Rob Ingersoll.
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Desde un comienzo, ella sabía que Rob era gay. "Nunca fue un problema", explicó a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.
"Me encantaba hacer arreglos para Rob, porque tenía que pensar de manera original y hacer algo especial para él", recordó.
Un día, Rob le dijo a Barronelle que se había comprometido con su novio. Ella lo tomó de la mano y le explicó que creía que el matrimonio era un signo de la relación entre Cristo y la Iglesia, y por lo tanto no podía hacer arreglos para una boda entre personas del mismo sexo.
Al principio, Rob le dijo que entendía y le pidió una recomendación para buscar otra floristería, a lo que ella accedió.
Sin embargo, más tarde Rob publicó un mensaje en las redes sociales sobre la negativa de Barronelle, que se volvió viral.
Luego, Barronelle recibió la notificación de que estaba siendo demandada por el fiscal general del estado de Washington y la American Civil Liberties Union (ACLU).
Hoy, más de cuatro años después, esta anciana espera la respuesta de la Corte Suprema de Estados Unidos sobre si tomará la apelación de su caso o no.
Aunque los daños reales que busca la pareja gay cuestan solo alrededor de 7 dólares (el costo de millaje de conducir a otra florería), Barronelle podría ser obligada a pagar más de 1 millón de dólares en honorarios legales a casi una docena de abogados de la ACLU que trabajan en el caso en su contra.
Barronelle, cristiana en la Convención Bautista del Sur, participó el 1 de noviembre en una mesa redonda organizada por la organización jurídica que la representa en tribunales, ADF International, en Nueva York.
El tema a discutir era el referéndum sobre el matrimonio que está en curso en Australia y las amenazas a la libertad religiosa que acompañan una redefinición del matrimonio para incluir a las parejas del mismo sexo.
La florista advirtió que por creer que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, "podríamos perder todo lo que poseemos, todo lo que hemos ahorrado para nuestros hijos y nietos".
Explicó que si bien fue difícil la decisión de rechazar trabajar para una boda entre personas del mismo sexo, también fue la única forma en que podía mantenerse fiel a sus creencias. Para ella, las bodas son mucho más que un mero trabajo; son algo profundamente personal donde pone su corazón y alma.
"Paso meses, a veces años, con la novia y el novio. Los conozco personalmente, lo que quieren transmitir, lo que quiere la novia, cuál es su visión. Hay mucha participación personal en esto", expresó la florista.
En la boda, Barronelle por lo general ayuda a saludar a los invitados y calmar a los padres nerviosos. "Cuando llevamos a la novia al altar, entonces sé que he hecho mi trabajo", dijo.
Por todo esto, sabía que estaría traicionando su relación con Cristo si participaba en una boda gay.
Durante los últimos cuatro años y medio, Barronelle ha recibido una gran cantidad de apoyo: clientes que vienen a ofrecer una palabra amable o un abrazo, extraños diciéndole que están orando por su familia y mensajes de aliento de 68 países.
Pero también ha recibido amenazas de muerte, por lo que tuvo que instalar un sistema de seguridad y cambiar su ruta hacia el trabajo.
Reconoció también lo difícil que es para ella haber perdido su amistad con Rob, ya que lo extraña y no le guarda rencor.
"Puedo decir que si Rob entrara a mi tienda hoy, lo abrazaría, me pondría al tanto de su vida y lo esperaría por otros 10 años si me lo permitiera", afirmó Barronelle.
Esta anciana también entregó un mensaje a sus conciudadanos: defender la libertad religiosa, antes de que sea demasiado tarde.
"No pienses que esto no te puede pasar a ti", afirmó Barronelle. "Nunca pensé que tendríamos un gobierno que vendría y te diría qué pensar, qué hacer, qué decir, qué crear, y si no lo haces, quedarás totalmente destruido".
"Si no luchamos ahora, ya no habrá nada más por lo que luchar", declaró.
Traducido y adaptado por Bárbara Bustamante. Publicado originalmente en CNA.
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- ACI Prensa (@aciprensa) 23 de octubre de 2017