El Papa Francisco explica, en un nuevo libro, las razones por las que concede entrevistas y cómo fue que cambió su costumbre de no hacerlo cuando era todavía Arzobispo de Buenos Aires en Argentina.
El Santo Padre hace esta explicación en el libro "Adeso fate le vostre domande" (Ahora hagan sus preguntas), en el que el P. Antonio Spadaro, director de la revista jesuita La Civilttá Cattolica, reúne una colección de entrevistas ya conocidas en su mayoría.
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En el prefacio del texto, el Papa Francisco recuerda que "en Buenos Aires tenía un poco de temor de los periodistas. Pensaba que podrían ponerme en dificultades y por esto no daba entrevistas. Pero un día me dejé convencer por Francesca Ambrogetti, pensando en el bien que podría venir".
Francesca Ambrogetti y Sergio Rubín fueron los periodistas que escribieron El Jesuita, la primera biografía autorizada de Jorge Mario Bergoglio, entonces Arzobispo de Buenos Aires.
Ya siendo Papa, prosigue Francisco, "el P. Antonio Spadaro vino a pedirme una entrevista. Mi reacción instintiva fue de incertidumbre, como en el pasado, y le dije que no. Luego sentí que podía tener confianza, que debía confiar. Y acepté".
El Pontífice explica luego lo que piensa en relación a las ruedas de prensa que concede al regreso de sus viajes apostólicos internacionales: "Luego de esa primera entrevista en agosto de 2013, vinieron las otras, también las que doy en el avión en el regreso de los viajes apostólicos. También allí, en los viajes, me gusta mirar a las personas a los ojos y responder a las preguntas con sinceridad".
"Sé que debo ser prudente y espero serlo. Rezo siempre al Espíritu Santo antes de comenzar a escuchar las preguntas y responder. Y así como no debo perder la prudencia, tampoco debo perder la confianza", prosigue.
"Sé que esto puede hacerme vulnerable, pero es un riesgo que quiero correr. Las entrevistas, para mí, siempre tienen un valor pastoral. Todo lo que hago tiene un valor pastoral, de un modo u otro", resalta.
"Si no tuviese esta confianza, no concedería entrevista, para mí está bien claro. Es una manera de comunicación de mi ministerio. Y uno estas conversaciones en las entrevistas con la forma cotidiana de las homilías en Santa Marta que es, digámoslo así, mi 'parroquia'".
El Santo Padre explica también que necesita "esta comunicación con la gente". En Santa Marta, en la capilla donde preside la Misa diariamente, "vienen a buscarme 25 personas de una parroquia romana, junto a otras. Tengo una verdadera necesidad de esta comunicación directa con la gente".
"Conceder una entrevista no es como salir en cátedra: significa encontrarse con periodistas que con frecuencia te hacen las preguntas de la gente. Una cosa en la que me encuentro bien es hablar con pequeñas revistas y diarios populares. Me siento en mi elemento. De hecho, en estos casos casi escucho realmente las preguntas y las preocupaciones de la gente común".
Francisco refiere asimismo que en las entrevistas busca "responder de modo espontáneo, en una conversación que quiero sea comprensible, y con fórmulas rígidas. Uso también un lenguaje simple, popular. Para mí las entrevistas son un diálogo, no una lección".
"Por eso no me preparo. A veces recibo las preguntas por anticipado, pero casi nunca las leo y las pienso luego. Simplemente no me viene nada a la mente. Otras veces, en el avión, imagino las preguntas que podrían hacerme. Pero para responder necesito encontrar a las personas y mirarlas a los ojos. Sí, todavía temo ser malinterpretado. Pero, repito, quiero correr este riesgo pastoral".
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- ACI Prensa (@aciprensa) 17 de octubre de 2017